La carta a los Hebreos nos aconseja persistir decididos, imitando a aquellos creyentes que por la fe y la paciencia heredan las promesas.
“No sean perezosos; más bien, imiten a quienes por su fe y paciencia heredan las promesas.” (Heb 6:12, NVI)
La fe y la paciencia son los elementos con los cuales muchos heredaron las promesas. Ambos elementos forman la ecuación perfecta para lograr todas esas promesas recibidas.
La fe es la certeza de lo que esperamos, pero para esperar debemos tener la paciencia necesaria y por lo tanto el convencimiento que eso que se cree llegará.
El el Señor se espera pacientemente.
“Al SEÑOR esperé pacientemente, y Él se inclinó a mí y oyó mi clamor.” (Sal 40:1,LBLA)
Pereza o Apatía Espiritual.
La advertencia de este versículo es no ser perezoso o apático. Solo por medio de la fe podemos impedir caer en un desgano o pereza espiritual. Con fe accionamos, nos movemos y persistimos en aquello que anhelamos o deseamos.
La apatía proviene de un corazón endurecido, de la falta de motivación y la indiferencia por las cosas espirituales.
Para alcanzar y heredar las promesas es necesario romper con la fatiga y apatía espiritual.
La sugerencia también de este versículo es imitar a los que con fe y paciencia heredaron promesas.
Imitadores De La Fe.
Debemos considerar imitar a los que han alcanzado las promesas, metas o han logrado alcanzar su destino.
“Acuérdense de sus dirigentes, que les comunicaron la palabra de Dios. Consideren cuál fue el resultado de su estilo de vida, e imiten su fe.” (Heb 13:7, NVI)
Podemos imitar la fe de los que han tenido resultados positivos por su fe.
El modelo de fe a seguir es la de aquellos que lograron resultados satisfactorios, alcanzaron promesas, vencieron obstáculos y sobre todo dejaron a un lado la incredulidad.
Los hermanos de Tesalónica se hicieron imitadores de los apóstoles y del Señor al recibir la Palabra. Al mismo tiempo ellos fueron ejemplo a otros creyentes.
“Ustedes se hicieron imitadores nuestros y del Señor cuando, a pesar de mucho sufrimiento, recibieron el mensaje con la alegría que infunde el Espíritu Santo. De esta manera se constituyeron en ejemplo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya.” (1Tes 1:6-7, NVI)
Imitemos la fe de los que han alcanzado las promesas y convirtámonos en ejemplo de otros creyentes.
Fe y Paciencia.
Los hombres de fe muestran paciencia al esperar confiados en el Señor. Avanzan sin mirar atrás, su convicción es firme al perseguir sus metas. Su fe no les permite quedarse detenidos, y si por alguna razón deben esperar, lo hacen confiadamente en el Señor.
Esas actitudes son dignas de imitar, esa fe y paciencia hay que tomarla de ejemplo para lograr alcanzar nosotros también nuestras metas.
El apóstol Pablo tenía la certeza y la solvencia de poder llegar a ser imitadores de él como lo hacía con Cristo.
“Imítenme a mí, como yo imito a Cristo.” (1Co 11:1, NVI)
Es necesario rodearse de personas de fe, visionarios y emprendedores que han alcanzado sus promesas, imitarlos y tenerlos como dignos ejemplos para aprender y lograr grandes resultados.
Si bien es cierto debemos de poner nuestra mirada en Jesús autor y consumador de la fe; pues Él es nuestra única esperanza. Pero también debemos seguir el ejemplo e imitar la fe de aquellos que han caminado en la verdad.
Pablo desafía a Timoteo a ser un ejemplo a los demás, a pesar de su juventud.
“Que nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, que los creyentes vean en ti un ejemplo a seguir en la manera de hablar, en la conducta, y en amor, fe y pureza.” (1Ti 4:12, NVI)
Timoteo era un pastor joven. Pudo haber sido muy fácil para los cristianos adultos mirarlo con desprecio debido a su juventud. Tenía que ganarse el respeto de sus mayores dando ejemplo en su enseñanza, forma de vivir, amor, fe y pureza.
A pesar de su edad, Dios lo puede usar a usted. No importa que sea joven o adulto, no vea su edad como un impedimento. Viva de tal modo que otros pueden ver a Cristo en usted.
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