La Oración Cambia Circunstancias.

Nuestra oración cambia circunstancias radicalmente, puede transformar ambientes y generar posibilidades imposibles.

Jesús enseñó a sus discípulos a orar de manera efectiva.

Todo aquel que ora al Padre de los cielos obtiene una respuesta.

“Así que yo les digo: Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá la puerta. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.” (Luc 11:9-10, NVI)

Nuestro Señor Jesucristo enfatizó en 3 actitudes o acciones de la oración, cada una enseña algo relevante con respecto a la respuesta de nuestras peticiones.

Pedir, buscar y llamar son acciones diferentes que nos muestran como debe de ser nuestra oración.

Si anhelamos que la oración cambie circunstancias debemos aprender de cada una de estas acciones.

Pidan Y Se Les Dará.

Pedir es la primera actitud de la oración. Simplemente es presentar una solicitud o demanda a Dios para recibir una respuesta.

Para recibir, la condición es pedir. La carta de Santiago nos enseña que algunos no tienen porque no piden. Y cuando piden no reciben porque su petición está distorcionada.

“Desean algo y no lo consiguen. Matan y sienten envidia, y no pueden obtener lo que quieren. Riñen y se hacen la guerra. No tienen, porque no piden. Y cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones.” (Stg 4:2-3, NVI)

Siempre que pidamos conforme a la voluntad de Dios vamos a tener lo que necesitamos, pero hay que pedir creyendo en Dios.

Recibiremos pero pidiendo con fe y sin dudar, porque los que dudan son como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento.

Sus oraciones llegarán a tener respuesta cuando permita que Dios cambie sus deseos y que correspondan perfectamente con su voluntad.

“y recibimos todo lo que le pedimos porque obedecemos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.” (1Jn 3:22, NVI)

¿Pide solo para que Dios satisfaga sus deseos? ¿Busca la aprobación de Dios en lo que ya planeó hacer?

Busquen Y Encontrarán.

Esta es la actitud en la oración donde las respuestas no son tan inmediatas como el nivel de pedir, hay que buscar la respuesta.

Los aproximadamente 120 discípulos en el aposento alto son un ejemplo de buscar; ellos “perseveraban” en la oración.

“Todos, en un mismo espíritu, se dedicaban a la oración, junto con las mujeres y con los hermanos de Jesús y su madre María. Por aquellos días Pedro se puso de pie en medio de los creyentes, que eran un grupo como de ciento veinte personas,” (Hch 1:14-15, NVI)

Estos hombres y mujeres buscaron el cumplimiento de la promesa del Espíritu Santo y “continuaron” buscando hasta que la respuesta llegó.

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A pesar que Jesús se apareció a más de 500 hermanos, no todos se dedicaron a orar para recibir la promesa del Espíritu Santo. Un 30% perseveró en la oración.

Para encontrar algo que se busca necesitamos accionar, movernos y actuar. La iglesia de los Hechos se dedicaba a la oración.

De una manera diligente y constante los discípulos permanecían orando en un mismo espíritu.

Llamen y Se Les Abrirá.

Es la actitud en la oración que persiste de forma ferviente, cuando las respuestas están más demoradas.

Se ilustra por las persistencia de Daniel que continuó “llamando” a pesar del hecho que él no vio ningún resultado visible porque Satanás impedía la respuesta de Dios

“Entonces me dijo: “No tengas miedo, Daniel. Tu petición fue escuchada desde el primer día en que te propusiste ganar entendimiento y humillarte ante tu Dios. En respuesta a ella estoy aquí. Durante veintiún días el príncipe de Persia se me opuso, así que acudió en mi ayuda Miguel, uno de los príncipes de primer rango. Y me quedé allí, con los reyes de Persia.” (Dan 10:12-13, NVI)

Aquí puede existir oposición de parte de potestades que impiden el cumplimiento de la respuesta.

Nuestra lucha no es contra carne y sangre, nuestro conflicto es de caracter espiritual.

Bajo estas circunstancias necesitamos utilizar las armas de nuestra milicia. Estas armas no son carnales, sino poderosas en Dios.

Es necesario involucrarnos en intersección por la necesidad presentada. Ser una iglesia que fervientemente ore a Dios.

La Oración Cambia Circunstancias.

“Pero mientras mantenían a Pedro en la cárcel, la iglesia oraba constante y fervientemente a Dios por él.” (Hch 12:5, NVI)

La oración cambia circunstancias y sucesos. Pero necesitamos orar constantemente y hacerlo con plena convicción de manera ferviente.

El apóstol Pedro enfrentaba pena de muerte en la prisión, mientras tanto la iglesia hacía oraciones fervientes.

La iglesia permanecía llamando a la puerta para que esta se abriera.

La ayuda angélica apareció para abrir esas puertas cerradas. El clamor de la iglesia y la intercesión tuvieron sus frutos.

Si anhelamos tener una vida de oración debemos someter nuestra vida completamente a la voluntad de Dios.

Pida, busque, llame, porque la oración cambia circunstancias y situaciones que en lo natural muchas veces no tiene respuesta.


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