Prisioneros De Esperanza

Dichoso aquel cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en el SEÑOR su Dios, (Sal 146:5 NVI)

La persona que pone su esperanza en Dios debe ser alguien bienaventurado y feliz; porque el Dios en quien ha puesto su esperanza es el creador del cielo y de la tierra.

El salmista nos recuerda que NO hemos puesto nuestra esperanza en ningún mortal, nuestra esperanza no depende de nadie aquí en la tierra, depende exclusivamente del Señor Jehová.

El Salmista dice que nuestra esperanza está en El Señor.

Creador del cielo, la tierra, el mar y todo cuanto hay en ellos.
El que hace justicia a los oprimidos, agraviados.
Da de comer al hambriento.
Pone en libertad a los cautivos.
Vista a los ciegos.
Sostiene a los agobiados.
Ama a los justos.
Protege al extranjero.
Sostiene al huérfano y a la viuda.

Esperanza es tener expectativa por algo, estar aferrado a que algo puede suceder, convencido que todo puede cambiar de un momento a otro. Hay que vivir EXPECTANTES, OPTIMISTAS, ANIMADOS.

Mantenga La Fe.

Vivamos cada día con la expectativa que algo sucederá, nuestro Dios es el experto en imposibles, Su Palabra dice: Para el que cree todo es posible.

Nuestra condición NO ES irremediable, nuestra situación sin duda tiene remedio.

Cuando Jesús lo vio acostado allí y supo que ya llevaba mucho tiempo en aquella condición, le dijo: ¿Quieres ser sano? (Juan 5:5-6)

Este hombre tenía 38 años esperanzado en bajar antes que todos y recibir su milagro. Nunca llegaba a tiempo, otro llegaba antes que él.

Pero Jesús ya se dio cuenta que llevas muchos años guardando tu esperanza, Él hará algo hoy.

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Muchos se quedaron sin recibir la promesa del Padre cuando llegó el Espíritu Santo. Algunos de los discípulos perdieron la esperanza al ver que los días pasaban, en un inicio se contaba con aproximadamente 500 personas, el día de Pentecostés únicamente habían 120 personas. Debemos permanecer fieles y seguir confiando en las promesas de Dios.

Otros construyen becerros de oro perdiendo la esperanza en el regreso de Moisés. Jesús dijo que regresaría, Él lo cumplirá.

DOBLE RETRIBUCIÓN

Vuelvan a su fortaleza, cautivos de la esperanza, pues hoy mismo les hago saber que les devolveré el doble. (Zac 9:12 NVI)

Nuestra fortaleza es el abrigo del Altísimo, está bajo la sombra del Omnipotente, Diré yo al SEÑOR: Refugio mío y fortaleza mía, mi Dios, en quien confío.

Alguien cautivo o preso no puede ir a ningún lugar; está sujeto al límite de su prisión. No tiene salida o escapatoria. Estar preso de esperanza es simplemente no poder mover de lo que se está esperando.

A esos se les devuelve el doble, la retribución viene multiplicada.