En el camino hacia la tierra prometida el pueblo del Señor enfrentó el desafío de cruzar un mar; pero también debió enfrentarse a la persecución del enemigo.

“Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: —¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. Y tú, alza tu vara y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo para que los hijos de Israel pasen por en medio del mar, en seco.” (Exo 14:15-16, RVA2015)

Desafortunadamente la persecución del enemigo es parte de una vida cristiana consagrada.

El hecho evidente es que la persecución es inevitable para todos los que quieren vivir piadosamente para El Señor.

“Es cierto, y todo el que quiera vivir una vida de sumisión a Dios en Cristo Jesús sufrirá persecución.” (2Ti 3:12 NTV)

Faraón y todo su ejército se dieron a la tarea de perseguir ferozmente al pueblo liberado por la mano poderosa del Señor.

Con el propósito de mostrar su Gloria y Poder, el Señor endurece el corazón del ejército de faraón para que los persiga.

“Y he aquí, yo endureceré el corazón de los egipcios para que entren a perseguirlos; y me glorificaré en Faraón y en todo su ejército, en sus carros y en su caballería.” (Exo 14:17, Spanish LBLA)

Dios está propiciando la situación para permitir una persecución infernal; aunque parezca muy contradictorio, pero es Dios mismo permitiendo esa persecución.

El propósito de Dios es mostrar su gloria en medio de una persecución.

Debemos estar seguros que si Dios permite ese tipo de persecuciones en nuestra vida es porque Él quiere mostrar su poder en nuestra debilidad.

Venciendo Toda Persecución.

Para salir vencedores de toda persecución necesitamos tomar una actitud correcta y llena de fe.

Moisés tenía que levantar su vara y “abrir” el mar que impedía el avance.

Esa vara representa lo que Dios ha visto que tenemos y que Él puede usar para mostrar su poder.

Los talentos, dones y recursos Dios los puede y quiere usar.

La fe, las experiencias y nuestro caracter también las usa poderosamente El Señor.

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Utiliza lo que Dios ha puesto en tus manos; cree a la Palabra del Señor, avanza creyendo en Su poder. Levanta la vara.

En La Retaguardia.

“Entonces el ángel de Dios, que marchaba al frente del ejército israelita, se dio vuelta y fue a situarse detrás de éste. Lo mismo sucedió con la columna de nube, que dejó su puesto de vanguardia y se desplazó hacia la retaguardia,” (Exo 14:19)

Dios hace un movimiento estratégico, ahora el ángel y la columna de nube se sitúan detrás del pueblo.

Por un momento deja de dirigirlos para moverse a la parte de atrás. El Señor se mueve detrás del pueblo para vencer toda persecución del enemigo.

Es el mismo Señor quien está venciendo toda persecución del enemigo en contra de su pueblo. Él se encarga de estorbar toda persecución.

Posiblemente dejaste de ver al Señor adelante, en tus proyectos y planes, pero sin duda Él está peleando por ti en la retaguardia.

El Viento Recio.

Cuando Moisés extendió su mano la Biblia dice que un viento recio sopló toda la noche.

“Moisés extendió su brazo sobre el mar, y toda la noche el SEÑOR envió sobre el mar un recio viento del este que lo hizo retroceder, convirtiéndolo en tierra seca. Las aguas del mar se dividieron,” (Exo 14:21)

Durante toda la noche el viento recio sopló sobre el mar.

Ese viento recio es el Espíritu Santo de Dios abriendo camino.

En la peor de las persecuciones el Espíritu Santo va a intervenir. Puede ser tu peor noche, pero deja que el Espíritu Santo sople.

El soplo de vida del Espíritu de Dios te abrirá camino donde no lo hay.

Solo levanta tu vara, ten fe, cree a la Palabra de Dios y Él te defenderá de toda persecución.

El Espíritu Santo sigue soplando hoy en nuestra vida. Haciendo las cosas imposibles posibles.


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