Una de las grandes enseñanzas que nuestro Señor Jesucristo nos dejó es la facultad de orar a nuestro Padre en común acuerdo. Algo que va más allá de orar por la misma situación o en el mismo momento o lugar. El poder del acuerdo consiste en que la oración que hacemos en la tierra concuerde armoniosamente en todos los sentidos con el cielo.

“Otra vez les digo que, si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidan, les será hecha por mi Padre que está en los cielos.” (Mat 18:19)

Lo importante de este verso consiste en ponerse de acuerdo en lo que pedimos aquí en la tierra, la palabra acuerdo viene del griego que significa armonizar o estar en armonía. Mismos términos que se aplican a una composición musical que lleva las mismas tonalidades o armonías.

La Armonía En La Oración

Necesitamos comprender el término armonía en el ámbito musical para entender en qué consiste tener oraciones “armoniosas” en la tierra que desprenden favores del cielo.

La armonía musical es básicamente comprender la relación que existe entre dos o más notas que suenan simultáneamente de manera armoniosa.

Si una única nota suena por sí misma su definición es muy clara, pero cuando suena junto con otra nota, se crean nuevos sonidos que luego utilizamos dependiendo de lo que queremos expresar.

En general armonía es el equilibrio de las proporciones entre las distintas partes de un todo.

Posiblemente hemos estado orando por una misma “situación” un objetivo en común, pero eso no significa que exista una armonía al 100%; por lo tanto en el cielo no están recibiendo la información adecuada.

Pidan Cualquier Cosa

Me parece extraordinario que el verso hable sobre pedir “cualquier cosa”; efectivamente, Dios sabe de lo que tenemos necesidad y tenemos una gran promesa de parte de Dios para eso.

“Mi Dios, pues, suplirá toda necesidad de ustedes conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” (Fil 4:19)

Pero también el verso de Mateo y muchos más hablan al respecto de pedir “cualquier cosa” que esté en armonía y produzca un sonido que alegre el corazón de Dios.

Debemos atrevernos a pedir a nuestro Dios con plena confianza en su provisión. Por amor a nosotros Dios no escatimó ni dar a su propio Hijo; no cabe duda de que esa es la garantía definitiva de que nos ama lo suficiente para suplir todas nuestras necesidades.

“Dios mostró su favor hacia nosotros hasta tal punto que dio a su propio Hijo para que muriera por nosotros. Siendo así, ¿cómo no nos va a dar, junto con él, todo lo que tiene? ” (Rom 8:32)

A Nuestro Dios Creador De La Música

Él tiene coros de ángeles, nuestro Dios habita en medio de las alabanzas de su pueblo, los Salmos son inspiración divina, las estrellas le cantaban armoniosamente, los seres vivientes alrededor del trono adoran al que está sentado en el trono. No lo olvide Dios es el creador de la música.

Una décima parte de la Biblia está escrita en forma de canciones, los ejemplos más destacados son los Salmos, El Cantar de los Cantares y Lamentaciones. Es comprensible que la mayoría de las aproximadamente trescientas referencias al canto estén relacionadas con la adoración a Dios.

Recuerde la forma en que Satanás opera, Babilonia quizo imponer el culto a sus dioses haciendo una estatua, y al ritmo de sus instrumentos de música imponía la orden de postrarse ante ella; a lo que los 3 jóvenes hebreos se opusieron rotundamente; ellos estaban dispuestos a adorar y dar su alabanza únicamente al Señor Dios.

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Ellos estaban en el poder del acuerdo, armonizaron su petición con su convicción; era como una especie de batalla de armonías, entre el reino de las tinieblas y la adoración a Dios.

“Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron y dijeron al rey: Oh Nabucodonosor, no necesitamos nosotros responderte sobre esto. Si es así, nuestro Dios, a quien rendimos culto, puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, que sea de tu conocimiento, oh rey, que no hemos de rendir culto a tu dios ni tampoco hemos de dar homenaje a la estatua que has levantado.” (Dan 3:16-18)

El Señor Mismo Nos Defiende.

Aunque las tinieblas se levanten tratando de impedir que su armonía llegue al cielo, todo estará a su favor, el mismo Señor Jesús nos defiende; Él mismo se mete a librarnos de cualquier situación por ardiente que sea.

“Entonces el rey Nabucodonosor se alarmó y se levantó apresuradamente. Y habló a sus altos oficiales y dijo: ¿No echamos a tres hombres atados dentro del fuego?
Ellos respondieron al rey: Es cierto, oh rey. Él respondió: He aquí, yo veo a cuatro hombres sueltos que se pasean en medio del fuego, y no sufren ningún daño. Y el aspecto del cuarto es semejante a un hijo de los dioses.” (Dan 3:24-25)

Mantenga La Misma Tonalidad.

La clave de la armonía es mantener el mismo tono musical, que todo suene bien, armoniosamente; La armonía es el equilibrio de todos los sonidos, aunque sean diferentes suenan armoniosamente bien. Esa también es la clave para desprender favores del cielo respecto a cualquier cosa que pidamos en la tierra.

En otras palabras, sí “suena armoniosamente bien” entre nosotros y entre la tierra y el cielo, El Padre que está en el cielo concederá todo lo que pidamos en la tierra.

No se trata solamente de orar por una misma situación o estar unidos en oración por un bien común. Debe ser en la armonía del acuerdo. Detalles únicos que hagan sonar en el cielo una armonía de una orquesta bien conformada.

El Poder Del Acuerdo

Las oraciones a nuestro Padre deben estar armoniosamente bien definidas entre el cielo, la tierra y principalmente entre nosotros. Cuando alguien planea un viaje a un mismo destino, hay diferentes formas de llegar, diferentes medios y clases de transporte; si deseamos llegar al mismo lugar, en tiempo exacto, todos juntos, se deben de acordar los mismos medios y formas de transporte y por supuesto todos los detalles que conlleva el llegar a ese lugar juntos.

Si junto a su esposa, familia o un grupo de personas están haciendo peticiones a Dios busquen estar en completa armonía con todos y en total acuerdo con el cielo para obtener la respuesta.

“Entonces me invocarán. Vendrán y orarán a mí, y yo los escucharé.” (Jer 29:12)

Si armonizamos nuestras oraciones de acuerdo con su voluntad, Él nos oirá; y podemos estar seguros de que si Él escucha, nos dará una respuesta definida. ¡Empiece a orar con confianza!

“Puesto que sabemos que Dios nos oye, tengamos la certeza de que él nos dará cualquier cosa que le pidamos.” (1Jn 5:15)


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