La vida cristiana se podría describir como conocer mejor a Dios día a día. Una amistad que no cultiva ni desarrolla su relación tiende a desvanecerse con el tiempo; de igual manera necesitamos estar desarrollando nuestro crecimiento espiritual.

Él quiere que crezcamos espiritualmente, y necesitamos su ayuda para esa clase de transformación que no es superficial, sino que ocurre dentro de nosotros.

LA FE DE LOS PADRES

“Por la fe Moisés, recién nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey.” (Heb 11:23)

El escritor de la carta a los Hebreos expresa la fe de los padres de un recién nacido, que a parte de ser importante para ellos, lograron ver su propósito aun a su temprana edad.

Esto indica que por la fe los padres de Moisés vieron que Dios haría algo grande por medio de él.

Ellos vieron que el niño era hermoso, agradable para Dios.

Alguna apariencia de hermosura extraordinaria inspiró a los padres a predecir su grandeza futura. La hermosura era considerada por los antiguos como una señal del favor divino.

CUIDANDO EL FRUTO

El pueblo de Dios era esclavo de los egipcios, a causa de volverse un pueblo numeroso, el rey de Egipto dio la orden de matar a todos los niños recién nacidos.

“Entonces Faraón ordenó a todo su pueblo, diciendo: Todo hijo que nazca lo echaréis al Nilo, y a toda hija la dejaréis con vida.” (Exo 1:22)

No tuvieron miedo de las consecuencias. Lo protegieron a toda costa. Se esforzaron y velaron por su vida.

Los padres de Moisés confiaron a Dios la vida de su hijo. Eran padres creyentes que tenían fe de que Dios cuidaría de él.

Como padre,tutor o guía espiritual ¿confía usted en que Dios cuidará de sus hijos? Dios tiene un plan para cada persona y la tarea de usted es cuidar y orar por los hijos y prepararlos para que lleven a cabo la obra que Dios ha planeado que realicen.

CRECER COMO CRISTO

La meta de nuestro Padre celestial es que crezcamos y desarrollemos las características de Jesucristo, viviendo una vida de amor y servicio humilde.

“Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo.” (Efe 4:15)

Lamentablemente, millones de cristianos envejecen pero nunca crecen. Están atrapados en una perpetua infancia espiritual, permaneciendo en pañales. La razón es que nunca tuvieron la intención de crecer.

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No hay crecimiento espiritual en nuestras vidas si el Espíritu no está trabajando estas cosas que solo Él puede hacer.

Pensar en los demás es el corazón de la semejanza a Cristo y la meta del crecimiento espiritual. Este tipo de pensamiento es antinatural, contracultural y poco común.

DESARROLLANDO NUESTRO CRECIMIENTO ESPIRITUAL

El crecimiento espiritual no es automático. Se necesita un compromiso intencional.

Debes querer crecer, decidir crecer, esforzarse por crecer y persistir en crecer.

Una vez que decida tomarse en serio el llegar a ser como Cristo, debe comenzar a actuar de nuevas maneras.

Deberá dejar a un lado algunas viejas rutinas, desarrollar algunos hábitos nuevos y cambiar intencionalmente su forma de pensar.

CAMBIE SU MANERA DE PENSAR

Su primer paso en el crecimiento espiritual es comenzar a cambiar su forma de pensar. El cambio siempre comienza primero en la mente. Su manera de pensar determina su estado de ánimo, y la forma en que se siente influye en la manera en que actúa.

ser renovados en la actitud de su mente; (Efe 4:23)

Aquí empieza el proceso de la conversión. Si no hay renovación en el espíritu de la mente, entonces no habrá cambio verdadero de vida. Muchos bautizados no perseveran, por falta de esta renovación.

“No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.”(Rom 12:2)

Debemos vivir con mentes transformadas para crecer espiritualmente.

Es imposible vivir por Cristo sin la renovación de la mente. Es indispensable que haya cambio de corazón, cambio del entendimiento, cambio de voluntad y cambio de las emociones.

La conversión es una regeneración, una recreación. La persona es “rehecho”, hecho de nuevo.

Actitud De Servicio

¿Estamos sirviendo a los demás como Jesús espera que lo hagamos? Esa es una evidencia poderosa de que estamos creciendo espiritualmente en lo interior.

Reflejamos a Cristo cuando renunciamos a una vida centrada en nosotros, y decidimos auxiliar a los demás.


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