Como mujer sé que hay muchas áreas, responsabilidades y trabajos que traen cansancio físico, mental o emocional; provocando que no des lo mejor de ti al servicio del Señor.
¿Qué cosas te han quitado las ganas de continuar dando lo mejor de ti?
¿Algo provoca que no quieras luchar por tus sueños?
¿Hay cosas quisieras cambiar, pero no sabes como?
“Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita, que traducido quiere decir, Dorcas. Esta abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía.” (Hechos 9:36)
Dorcas, Una Como Tú
Dorcas era una mujer que abundaba en muchas cosas, ella fue:
- Influyente.
- La llamaron discípula.
- Impactó grandemente por su generosidad a su comunidad.
- Se preocupaba por los menos afortunados.
- Entendió que sus habilidades eran para ponerlas al servicio de Dios.
“Aconteció que en aquellos días enfermó y murió. Después de lavada, la pusieron en una sala. Y como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, a rogarle: No tardes en venir a nosotros. Levantándose entonces Pedro, fue con ellos; cuando llegó, le llevaron a la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas.” (Hechos 9:37-39)
Esta discípula fue querida, amada, respetada y sobre todo admirada. Ella era diferente, era reconocida por lo que hacía no por lo que decía. La gente la reconocía por sus obras.
Todos tenían un testimonio que dar sobre la vida de Dorcas.
Algo hermoso que vemos en Dorcas es que ella ayudaba a las viudas. Puede que Dorcas fuese viuda también y que tuviera recursos para ayudar a otras viudas. Pero lo que sí es claro es que lo que tenía lo puso al servicio del necesitado.
Incluso el dolor lo podemos poner al servicio de Dios. Es ahí cuando le ponemos en las manos del Señor, que Él comienza a perfeccionar su propósito en nosotras.
Aún en el dolor, la soledad, en la decepción, fracasó, tristeza y aún en medio de nuestros miedos, si le damos la oportunidad a nuestro Padre, Él saca lo mejor de nosotras y lo toma como medicina para sanar a otros.
Dorcas escogía bien a quien iba a ayudar y puso en práctica este pasaje.
Estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. (Mateo 25:36)
Dios quiere resucitar a muchas Dorcas, que han dado todo para levantar a otros. No a esas mujeres que sólo buscan y viven para su propio beneficio.
Cuando le extiendes la mano al necesitado Dios se ve en el compromiso de extender Su mano a tu favor.
“Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó. Y él, dándole la mano, la levantó; entonces, llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva. Esto fue notorio en toda Jope, y muchos creyeron en el Señor.” (Hechos 9:40-42)
Dorcas Una Mujer Que No Puede Morir.
La iglesia, la gente, tu familia, necesita esa Dorcas que está dentro de ti. Que digan hay muchas que hacen esto o lo otro pero ninguna como tú.
Para ser que esté don florezca en nosotras debemos tener gozo en suplir las necesidades de los demás. No tenemos que gastar lo que no tenemos, el simple detalle de llevarle una comida al que no tiene que comer, ser prudente al cobrar un servicio que se da a un cliente, cubrir la necesidad de una persona que sabemos está necesitando algo. Hacerlo con gozo y no con tristeza o simplemente por salir de eso.
Lo más hermoso de Dorcas NO ERA SU FÍSICO, sino su corazón al servicio de Dios. Muchos creyeron en Dios por lo que impactó la vida de Dorcas.
Que muchos puedan llegar a creer en Jesucristo por lo que tu vida pueda influenciar en otros en esta nueva temporada.
¿Existe algo “muerto” en tu vida que necesita ser resucitado por Dios hoy?
Ruego al Padre que hoy puedas tomar la mejor decisión de que tu vida sea puesta al servicio de Dios completamente para que otros digan no podemos perder a esta mujer que hoy está leyendo estas líneas.
Sé esa Dorcas que tu esposo, hijos, familia, comunidad y tu trabajo necesita.
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