Nuestro Señor por su gracia nos dio salvación por medio de la fe en Cristo, así mismo nos permite ser sus embajadores, y nos ha encomendado la misión de proclamar el evangelio del Reino.

Un embajador en lo natural representa a su país en tierra extranjera. Nosotros representamos el Reino de Dios en este mundo.

“Porque el reino de los cielos es como un hombre que al emprender un viaje, llamó a sus siervos y les encomendó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.” (Mat 25:14-15)

En esta parábola los tres siervos recibieron cantidades distintas de los bienes de su señor.

La base de la distribución se establece en la soberanía del amo y en la capacidad individual de los siervos.

Él conoce nuestra capacidad y de lo que podemos hacer, de acuerdo a esa capacidad nos concedió sus bienes.

A cada uno de nosotros se nos han otorgado diferentes dones, talentos y habilidades; bienes que el Señor repartió con el objetivo de multiplicarlos.

Nosotros como discípulos del Señor no podemos negar que hemos recibido innumerables bienes.

Es evidente que el mensaje de la parábola es enseñar que el amo regresará a pedir cuentas de los bienes repartidos a sus siervos.

De los tres siervos uno escondió el talento en la tierra y no quiso arriesgar el dinero de su señor.

LOS BIENES RECIBIDOS

Son muchos, diversos e incalculables los bienes recibidos de parte del Señor, en esta oportunidad haremos mención de algunos.

En evangelio de Juan, nuestro Señor Jesucristo orando al Padre nos da a conocer algunas de las cosas que hemos recibido de Él, las cuales tenemos la responsabilidad de poner a multiplicar.

Sin olvidar que tendremos que dar cuentas de aquello que no pusimos a multiplicar.

Su Palabra Rhema

“porque yo les he dado las palabras que me diste; y las recibieron, y entendieron que en verdad salí de ti, y creyeron que tú me enviaste.” (Jua 17:8)

Las Palabras son las que han marcado una convicción en nuestra vida. Es la Palabra que se hace vida en nosotros.

A través de estas convicciones que vienen a causa de Su Palabra rhema, podemos testificar de su grandeza y majestad.

Al momento de compartir una vivencia de nuestra vida a causa de Su Palabra estamos sembrando una semilla que en su momento dará fruto.

Recordemos que la fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Dios.

Su Gozo

“Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo para que tengan mi gozo completo en sí mismos.” (Jua 17:13)

El gozo del Señor es nuestra fuerza, por lo tanto tenemos la fortaleza suficiente para enfrentar los desafíos y aflicciones.

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No debemos perder el gozo de nuestra salvación, a pesar de las diferentes circunstancias de la vida mantengamos siempre el gozo de Dios.

Esto lo verán otros y también se alegrarán.

“Mas los justos se alegrarán; se gozarán delante de Dios, Y saltarán de alegría.” (Sal 68:3)

Su Palabra Logos

“Yo les he dado tu palabra y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.” (Jua 17:14)

Hemos recibido también Su Palabra , se usa para referirse a la palabra constante y escrita de Dios.

Su palabra es lámpara a nuestros pies, ilumina nuestro caminar y por lo tanto podemos iluminar a otros.

Únicamente la Palabra Señor es veraz y por medio de ella somos santificados, consagrados para Él.

Es la semilla que cae en buena tierra que a su tiempo dará fruto.

La Gloria De Ser Uno

“Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno.” (Jua 17:22)

La gloria de filiación de ser hechos hijos de Dios y herederos juntamente con Cristo.

Ser uno para ser un poderoso testimonio de la realidad del amor de Dios.

Hemos sido llamados a fomentar la unidad en el Cuerpo De Cristo. Tener un mismo sentir.

Su Nombre

“Yo les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos y yo en ellos.” (Jua 17:26)

Se nos dio a conocer Su nombre para recibir su amor por medio del Espíritu Santo.

Ahora el carácter de Cristo se nos ha otorgado y debemos trasladarlo a otros para también lo conozcan.

El propósito de darnos su nombre es para tener en nosotros Su amor.

El amor de Dios, todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

Embajadores Del Reino

Como embajadores de Dios, tenemos todo el poder y la autoridad de Dios y su reino a nuestra disposición.

Empleando sabiamente nuestros bienes, talentos y oportunidades, nuestra esfera de servicio puede ampliarse grandemente, de modo que, al final de la vida, seremos capaces de hacer el doble de lo que al principio.

Pongamos a multiplicar todo lo que recibimos de Él, alcancemos a otros para Su Reino, ejerzamos sabia y prudentemente nuestro llamado como embajadores del Reino de Dios.


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