Desde el principio de la humanidad el ser humano se ha desviado de hacer lo correcto, en el huerto de Edén, el primer hombre fue tentado a pecar desobedeciendo la orden de Dios. Desde ese entonces también se ha visto la bondad de Dios permitiéndole al hombre una nueva oportunidad.

Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. (Genesis 3:6)

Todos en algún momento de nuestras vidas hemos dicho o hecho algo equivocado de lo cual nos hemos arrepentido. Todos en algún momento también hemos pecado el cual trae consecuencias eternas separando el ser humano de su creador.

Gracias a Jesús los seres humanos hoy pueden encontrar restauración y su restitución con Dios. Hoy quiero llegar a tu corazón con este pasaje de la Biblia de cómo Dios una vez más en vez de juzgar decide perdonar y restaurar.

Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio.(Juan 8:3-4)

La Acusación

Tal vez en algún momento de tu vida o probablemente hoy estés en una situación donde te encuentras siendo acusada por algún pecado que has cometido y solo sientes el rechazo, la soledad, la vergüenza que esta situación trae.

En este pasaje vemos una mujer que no sabemos cuál fue el motivo que la llevó a estar en esta práctica del adulterio, lo que sí sabemos es que la encontraron en el acto y pues debido a la ley tenía que ser apedreada y por ende debía de morir. Para esta mujer no había una segunda oportunidad de ser restaurada según la ley, y por su pecado sólo merecía ser apedreada.

Hoy lamentablemente el acusar a otros para muchos es algo normal y muchas veces se olvidan que ellos también pecaron. ¿Podrás imaginar lo que esta mujer en ese momento sentía? No solo verguenza pero sentir miradas con hambre de venganza, con deseos de hacer justicia y lo peor por gente tan pecadora como ella.

Legalismo Versus Jesus

En este pasaje vemos como el legalismo (escribas y fariseos) se encuentra con la Gracia (Jesús). Aunque las autoridades romanas prohibían la ejecución de alguien sin haber ido a juicio, la ley de Moises si lo permitía. Hoy día esa es la forma que muchas personas sin muchas veces darse cuenta actúan al ver a alguien cometer un pecado, son ligeros para hablar y juzgar olvidándose que ellos un día fueron necesitados de la gracia y misericordia de Dios.

Tal vez hoy estás en una situación similar a esta mujer, no importando el motivo que te llevo a esa situación has cometido un pecado el cual piensas que no tienes perdón y te encuentras frente a escribas y fariseos que solo buscan hacer justicia por sus propias manos sin darte la oportunidad del perdón.

Estos religiosos y legalistas querían apedrearla y la llevaron delante de Jesús, quien es la piedra angular, quien destruyó todo legalismo y religiosidad. Y si estás leyendo estas líneas quiero que sepas que ese mismo Jesús que la miró con ojos de amor, misericordia y aun teniendo toda la autoridad de juzgarla decidió no hacerlo. Hoy Jesús está frente a ti con los brazos abiertos y más aún diciendo: ¿dónde están los que te juzgan?.

Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. (Juan 8:5-7)

El Diálogo Que Cambió Todo.

En un momento de tu vida debes de examinarte y ver si en verdad te has perdonado por algún pecado que hayas cometido o si tal vez la falta de que otros te perdonen ha detenido tu crecimiento personal como espiritual.

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Un encuentro con Jesús es lo que se necesita para poder encontrar el perdón restauración y un nuevo renacer. Como esta mujer que a pesar de su pecado no fue apedreada, tuvo un encuentro con otra “piedra hermosa” que destruyó esa mujer pecaminosa y resurgió una nueva mujer.

Este Jesús es: “La piedra que ustedes los constructores rechazaron se ha convertido en la piedra principal. ¡Sólo en Jesús hay salvación! No hay otro nombre en este mundo por el cual los seres humanos podamos ser salvos.(Hechos 4:11-12)

Dios destruyó por medio de la piedra angular, Jesús, todo eso pecaminoso que pueda estar en ti impidiendo que seas libre y seas esa mujer que Dios ha creado.

En otras palabras, la mujer no murió por las piedras de los religiosos, pero murió a la naturaleza pecadora por otra piedra, la piedra angular, nuestro Señor Jesucristo. Jesús quiere darte una nueva oportunidad para empezar de nuevo, sin acusaciones y libre de toda culpa.

Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? (Juan 8:10)

El Perdón

En este pasaje vemos que Jesús eligió no condenarla aun teniendo las pruebas para hacerlo, él decidió perdonarla. El secreto está en que no peques más. Él siempre está dispuesto a dar su perdón. Si has cometido un pecado abraza su Gracia, misericordia y amor para que disfrute de lo que Dios tiene para ti.

Vivir condenando a otros por sus pecados te aleja de Dios pero vivir sin aceptar su perdón te mantiene atada a un pasado, culpa y dolor que tu no te mereces, porque Dios en la cruz del calvario destruyó toda condenación para que tu fueras libre.

Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.(Juan 8:11)

Una Nueva Oportunidad

Este pasaje nos enseña que sí tenemos una oportunidad de comenzar de nuevo y dejar el pasado atrás. Gracias a ese sacrificio que Jesús hizo en la cruz todo legalismo, religiosidad quedó destruido por medio de su Gracia. En Él no hay más condenación, en Él encontramos gracia, misericordia, perdón, restauración y salvación.

Hoy Dios quiere hacer de ti una mujer libre de todo pecado y quiere darte una nueva oportunidad de ser la mujer que él creó desde antes de la fundación del mundo.

Ruego a Dios que hoy abrases su perdón y amor. Que veas la oportunidad que él te brinda por medio de su Gracia, su mirada de compasión y amor abre una puerta para que hoy comiences una vez más ha ser libre de toda palabra negativa que ha paralizado lo que Dios quiere hacer en ti y a través de ti.

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