Mucho de lo que se habla para este tiempo de incertidumbre es poner nuestra confianza total en Dios y de lo necesario de estar constantemente en comunión con Él.

Pero también es necesario comprender cómo funciona esa constante comunión. Definitivamente parte de esa comunión es tener tiempo de oración, pero que eso no significa pasar “todo el tiempo” clamando de rodillas.

De la misma manera que Él nos habla de muchas maneras, nosotros podemos enviarle mensajes más claros con nuestras acciones de fe.

Siendo Hacedores De La Palabra.

La parte esencial de la comunión con Dios es poner por obra la Palabra que recibimos, como lo dice el apóstol Santiago:

Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.(Santiago 1:22)

Estudiar este pasaje puede ayudarnos a comprender la importancia de manifestar la fe por medio de obras, o acciones. Y algo fundamental es considerar también que por la sangre de Jesús tenemos acceso a la misma presencia de nuestro Dios.

Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo. (Hebreos 10:19)

Teniendo claro que podemos acceder al trono de la gracia, debemos entender que “insistir” en oración también es tener comunión con Dios. Hablar con Dios, cuando tenemos tal revelación en nuestra vida ya no es una tarea, costumbre, ni un acto religioso; orar es comprender que Él está de nuestro lado y que debido a la relación que mantenemos con Él podemos acceder confiados.

La parte esencial de la comunión con Dios es poner por obra la Palabra que recibimos. Click To Tweet

Levanta La Vara

Moisés está enfrente de un mar y faraón los está persiguiendo, la reacción “natural” de Moisés es clamar a Dios; sin embargo la respuesta del Señor en esta oportunidad es diferente.

El Señor le dice: ¿Por qué clamas a mí? ¡Dile al pueblo que siga adelante! y tú levanta la vara y divide el mar.

La palabra nos deja ver que el Señor reacciona a nuestras acciones y nuestras actitudes, hay muchos esperando que Dios haga algo pero Dios ya lo hizo todo y Él está esperando que nosotros también hagamos algo.

Seguramente Dios está esperando que avancemos y levantemos la vara para abrir un camino en donde no lo hay. Habrán cosas y acciones que es necesario hacer para poder seguir avanzando.

Como la mujer de 12 años con flujo de sangre que arrebató un milagro. Cuando ella buscaba ser sanada era imposible que fuera escuchada en la multitud, pero una acción de fe, abriéndose camino en medio de tanta gente se le devolvió la sanidad sin pedirlo.

Haga Muchas Zanjas

Y él dijo: Así dice el Señor: «Haced en este valle muchas zanjas». Pues así dice el Señor: «No veréis viento, ni veréis lluvias; sin embargo ese valle se llenará de agua, y beberéis vosotros y vuestros ganados y vuestras bestias». Aun esto es poco ante los ojos del Señor; también entregará en vuestras manos a los moabitas. Y destruiréis toda ciudad fortificada y toda ciudad principal, y talaréis todo árbol bueno, cegaréis todas las fuentes de agua y dañaréis con piedras todo terreno fértil. Y aconteció que por la mañana, a la hora de ofrecer el sacrificio, he aquí, el agua vino por el camino de Edom, y la tierra se llenó de agua. (2 Reyes 3:16-20)(LBLA)

El Señor había dado la orden de hacer muchas zanjas, era una acción de fe que el pueblo debía de cumplir.

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En esa oportunidad no fue necesario pelear contra el ejército enemigo, porque Dios los había hecho caer en confusión.

Hay acciones de fe que Dios va a utilizar para confundir al enemigo. Pongamos por obra la palabra, creamos a Dios y movámonos en fe.

Acciones De Fe

Fue Rubén en tiempo de la siega de los trigos, y halló mandrágoras en el campo, y las trajo a Lea su madre; y dijo Raquel a Lea: Te ruego que me des de las mandrágoras de tu hijo. Y ella respondió: ¿Es poco que hayas tomado mi marido, sino que también te has de llevar las mandrágoras de mi hijo? Y dijo Raquel: Pues dormirá contigo esta noche por las mandrágoras de tu hijo. Cuando, pues, Jacob volvía del campo a la tarde, salió Lea a él, y le dijo: Llégate a mí, porque a la verdad te he alquilado por las mandrágoras de mi hijo. Y durmió con ella aquella noche. Y oyó Dios a Lea; y concibió, y dio a luz el quinto hijo a Jacob. (Génesis 30:14-17)

A estas alturas Lea, una de las esposas de Jacob, ya no había podido tener hijos, sin embargo sigue pidiéndole a Dios por un milagro.

Lea sigue esperando su milagro buscando las mandrágoras. Así son las acciones de fe; posiblemente hoy tenemos un imposible enfrente de nosotros, algo que no hemos recibido respuesta, sigamos pidiéndole a Dios, buscando nuestras “mandrágoras”, creyendo a Dios que Él lo puede hacer.

En la antigüedad se consideraba a las mandrágoras como plantas medicinales para la fertilidad; busquemos los recursos que desatan fe para seguir creyendo en un milagro de parte de Dios.

Que Tu Entorno Hable

Aconteció después, que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con él muchos de sus discípulos, y una gran multitud. Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad. Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores.Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate. (Lucas 7:11-14)

La palabra De Dios habla de una viuda de la ciudad de Naín, dice que una gran multitud la acompañaba, Jesús se acerca, toca el féretro y resucita a su único hijo, note algo importante: sin que ella se lo pidiera.

Otra manera de decirle algo a Dios es tener alrededor gente que nos ame, es decir que tengamos buena relación con las personas que nos rodean.

Recordemos uno de los principios del Reino de Dios, todas las buenas obras que hacemos por los demás al Señor se lo hacemos. La recompensa viene de Dios, dejemos que también nuestras buenas acciones hablen a Dios por nosotros.

Y todo lo que hacéis, de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por medio de Él a Dios el Padre. Colosenses 3:17


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