Ciertamente en nuestra vida encontraremos dificultades e inconvenientes que conducirán al desanimo y frustración espiritual, sin embargo nuestro Dios puede convertir cualquier desgracia en esperanza, quitar el luto y poner alegría en nuestro corazón.

Convierta La Desgracia En Esperanza.

El valle de la desgracia que menciona el profeta Oseas es Acor, algunas otras traducciones de la Biblia le llaman el valle de la mala suerte o de las penas.

El nombre de Acor también significa angustia, desastre o tribulación; pero aquí se presenta como un símbolo de esperanza, porque por allí se producirá el paso del pueblo del Señor rumbo a la tierra prometida.

Josué le puso ese nombre debido a la aflicción que pasaron en la conquista de la ciudad de Hai en donde fueron derrotados a causa de la desobediencia de Acán.

Josué exclamó: ¿Por qué has traído esta desgracia sobre nosotros? ¡Que el SEÑOR haga caer sobre ti esa misma desgracia! Entonces todos los israelitas apedrearon a Acán y a los suyos, y los quemaron. Luego colocaron sobre ellos un gran montón de piedras que sigue en pie hasta el día de hoy. Por eso aquel lugar se llama valle de Acor. Así aplacó el SEÑOR el ardor de su ira. (Jos 7:25-26 NVI)

Josué se vio derrotado, se sintió tan mal que quiso mejor regresar al otro lado del río Jordán; la derrota en Acor representa todas esas situaciones que nos hacen estar derrotados y nos hacen pensar que no vale la pena seguir adelante.

Sin duda habrán muchas situaciones difíciles, problemas incomprensibles que invitarán a abandonar los planes y objetivos planificados; pueden llegar los días en donde la frustración sea tan fuerte que no queramos avanzar y seguir nuestros sueños. Pero con Dios convierta cualquier desgracia en esperanza.

Convierta cualquier desgracia En Esperanza.

Pero la verdad de las cosas es que cuando Dios nos conduce a la tierra de la conquista no será para perder o para ser derrotados, mucho menos para dejarnos en vergüenza, nos lleva para poseer y obtener nuestras promesas, como Él mismo lo juró diciendo:

Aquel día les juré que los sacaría de la tierra de Egipto a una tierra que yo había escogido para ellos, que mana leche y miel y que es la más hermosa de todas las tierras. (Eze 20:6 LBLA)

Hoy nuestro Dios nos recuerda que Sus promesas siguen vigentes, que a pesar de las dificultades y problemas Él sigue siendo fiel y bondadoso, está dispuesto a llevarnos por un camino de Esperanza y de Bendición.

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“y convertiré el valle de la Desgracia en el paso de la Esperanza;” es decir, los problemas, angustias, desastres o tribulaciones se convertirán en gozo y alegría, la desgracia se convertirá en esperanza.

Dios No Nos Abandonará.

El Señor ha prometido estar con nosotros, nunca nos abandonará; ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios, ni nuestros temores de hoy ni nuestras preocupaciones de mañana. Ni siquiera los poderes del infierno pueden separarnos del amor de Dios.

Ningún poder en las alturas ni en las profundidades, de hecho, nada en toda la creación podrá jamás separarnos del amor de Dios, que está revelado en Cristo Jesús nuestro Señor.

Según la historia el valle de Acor era un lugar para que los rebaños pudieran descansar y alimentarse, es decir, la que había sido una fuente de calamidad se convertiría en una fuente de descanso y bendición.

Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada. (Stg 1:2-4)

No pierda la esperanza, siga adelante, declare en medio de cualquier adversidad la bondad y grandeza de Dios; siga clamando al Dios Altísimo, no deje de adorar al Rey de Reyes, pronto vendrá la respuesta favorable del Señor y siempre recuerde que ante todo Convierta cualquier desgracia en esperanza.

¡Ofrece a Dios sacrificios de alabanza y paga tus votos al Altísimo; y clama a mí en el día de angustia; yo te libraré, y tú me glorificarás! (Salmos 50:14-15)


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