No Debes Dejar Tu Lugar

Para cada mujer es de suma importancia reconocer de dónde proviene su verdadera identidad, porque es así como podrá saber cuál es su lugar y propósito para cumplir; qué cosas debe mantener desarrollando en su vida y cuales dejar ir y hacer morir.

De esa forma podrá tener gozo a pesar de cualquier situación difícil que llegue o cualquier obstáculo que tenga que enfrentar para alcanzar sus metas o cumplir con su llamado.

“yo me regocijaré en el SEÑOR y me alegraré en el Dios que nos salva.” (Hab 3:18)

Las virtudes y cualidades de la mujer siempre han sido un instrumento muy importante para Dios.

Las virtudes y cualidades de la mujer siempre han sido un instrumento muy importante para Dios. Share on X

“Dijo además el SEÑOR Dios: “No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea”.” (Gen 2:18)

Desde el principio Dios la creó para algo hermoso, específico e importante. Ser ayuda idónea y traer vida son unos de los roles más importantes de una mujer, pero también Dios le dio un lugar el cuál por muchos motivos se ha querido ver nublado, y es el de edificar la familia.

Una tarea que conlleva dedicación, entrega, sabiduría, humildad, seguridad, carácter, amor, entre muchas cosas más pero sobre todo temor a Dios.

Que la presión no te haga dejar tu lugar.

A veces llegan situaciones a la vida de la mujer que intenta desenfocar su mirada de sus prioridades. Es cierto que hoy en día la mujer no solo es ama de casa, esposa, madre, y en muchos casos muchas mujeres son el único sostén de su hogar.

Hoy día la mujer ha tenido la oportunidad o la necesidad de prepararse académicamente y crecer en el área profesional para poder lograr suplir para ella misma y para su familia o simplemente porque quiere desarrollarse como una mujer que aporta a la sociedad.

No Debes Dejar Tu Lugar.

Pero a pesar de que como mujer te haz realizado académicamente, no debes dejar tu lugar. Dios te formó con un propósito específico de bendecir a otros, para mantener la comunión (de esa forma podrás edificar sabiamente tu casa), te formó para el dialogo (así seas prudente al hablar y traer soluciones al problema) y también fuiste formada para compartir (brindar amor, estabilidad y compañía a tu pareja.)

“Y de la costilla que el SEÑOR Dios tomó del hombre, hizo una mujer y la trajo al hombre.” (Gen 2:22)

Edificar

Ser de ayuda y ejemplo a otras jóvenes con su manera de comportarse, de hablar y más cuando hablan de su pareja o familia. Mantener un ambiente en el hogar sano y adecuado para una familia sana.

Ser sabia, prudente y dedicada a su esposo. No dar lugar a que haya una puerta para que el enemigo destruya su matrimonio.

Tres cosas importantes que tenemos que saber para poder edificar de manera sabia y con resultados positivos son: creer, obedecer y permanecer.

Creer

Creer de dónde viene tu identidad. Tener bien clara tu relación con Dios, mantener una comunión íntima con tu creador.

Obediencia

Una cosa que a veces mal interpretamos es el hecho de obedecer. Pensamos que obedecer es lo mismo que estar restringidas o prohibiciones de cosas que queramos hacer o decir.

Y sin embargo cuando la Biblia nos habla de obedecer es porque nos está enviando a expandir nuestra mente y nuestro territorio, aun en ese lugar donde Dios nos ha puesto.

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El obedecer sea como hijas de Dios, como mujeres y como esposas, es simplemente ceder, es confiar, es depender de alguien a quien amamos y confiamos. Y eso trae bendición a nuestras vidas y hace que nuestra capacidad para realizar nuestras metas y deseos aumente.

Porque Dios bendice y prospera al obediente. Y esa es una de las cosas que debemos de dejar como legado a nuestras jovencitas que la obediencia trae bendición.

“Guarda lo que el SEÑOR tu Dios te ha encomendado, para andar en sus caminos y guardar sus estatutos, sus mandamientos, sus decretos y sus testimonios, como está escrito en la ley de Moisés, para que tengas éxito en todo lo que hagas y en todo lo que emprendas.” (1Re 2:3)

Perseverar

En la vida todos hemos tenido que ser perseverantes al enfrentar obstáculos en algún momento para poder obtener o realizar algo.

Y como mujeres nos enfrentamos a tantos retos que debemos de ser perseverantes sea académicamente, sentimentalmente, como madres y aun en la vida espiritual también tenemos que ser perseverantes al servir en algún ministerio o posición en la congregación.

Y más ser perseverante en mantener una vida de comunión con Dios.

Hoy día la mujer no solo tiene un rol que desarrollar en su casa pero también fuera de la casa y otras en algún ministerio. El ser perseverante ante todos los obstáculos que se enfrentan en el camino es sumamente importante y necesario.

Pero sobre todo mostrar a nuestras jóvenes que aunque hoy día todo se espera que se haga rápido y sin complicaciones y si no funciona está bien rendirse y la realidad no es así.

Es aprender a depender del Señor, de dónde vienen nuestras fuerzas cuando el desánimo y el cansancio llega. Dejar un ejemplo de que aunque en ocasiones no será fácil alcanzar una meta, y es ahí donde debemos esforzarnos y trabajar por lo que se quiere obtener.

Y en cuanto a ser esposas no es la excepción, debemos enseñar con nuestro ejemplo que en el matrimonio llegan momentos donde sentiremos que las fuerzas no están y el desánimo y el querer rendirnos y no luchar se verá la mejor solución y más fácil será dejarlo todo y rendirse a luchar por ese matrimonio.

Ser perseverantes y confiar en Dios que El dará la sabiduría y la mejor solución, es lo que se debe dejar como ejemplo a nuestras jóvenes.

Tu Lugar En Cristo

No importando que otros roles como mujer podamos alcanzar no podemos descuidar nuestro lugar y lo que Dios nos entregó en las manos como mujer.

Ser edificadoras de un hogar lleno de su presencia, ser mujeres idóneas y de ayuda a nuestra pareja y sobre todo dar ese consejo y ejemplo a nuestros hijos.

Que cualquier posición académica o ministerio sea alineada a la voluntad de Dios y que no nos desenfoque de nuestra misión como mujeres.

Fuimos creadas y escogidas para dar vida y para edificar lo más valioso para Dios, la familia. Recuerda que en ese lugar donde Dios te ha puesto como mujer, serás usada poderosamente y bendecida de manera sobreabundante.