Juan el bautista se auto identificó con sus discípulos como el amigo del novio; ratificando de esa forma que él no era el Cristo.
Su alegría era muy grande porque era el amigo del novio el primero en escuchar su voz.
“El que tiene la novia es el novio, pero el amigo del novio, que está allí y le oye, se alegra en gran manera con la voz del novio. Y por eso, este gozo mío se ha completado.” (Jua 3:29, LBLA)
En la costumbre judía, el amigo del novio, en hebreo “shoshben”, tenía un papel exclusivo en una boda.
Era el que coordinaba la boda; hacía todo tipo de arreglos e incluso presidía la fiesta. Era el que presentaba la novia al novio.
Entre otras cosas debía de encargarse de la cámara nupcial y de que no se introdujera ningún extraño.
Solo cuando oía y reconocía la voz del esposo en la oscuridad, le abría la cámara nupcial para que entrara, y se retiraba gozoso cuando había cumplido su cometido y los esposos estaban juntos.
El Amigo Del Novio.
En su segunda carta a los Corintios el apóstol Pablo también se presenta ante ellos como un amigo del novio.
Tenía temor que ellos fueran seducidos de la misma forma que Eva fue seducida por la serpiente.
“Ojalá que me soportarais un poco de insensatez; y en verdad me soportáis. Porque celoso estoy de vosotros con celo de Dios; pues os desposé a un esposo para presentaros como virgen pura a Cristo. Pero temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestras mentes sean desviadas de la sencillez y pureza de la devoción a Cristo. Porque si alguien viene y predica a otro Jesús, a quien no hemos predicado, o recibís un espíritu diferente, que no habéis recibido, o aceptáis un evangelio distinto, que no habéis aceptado, bien lo toleráis.” (2Co 11:1-4, LBLA)
El apóstol Pablo estaba celoso, con celo de Dios, como el amigo del novio, por presentar a Cristo una iglesia como una virgen pura.
Quería que estuviesen apartados únicamente al Señor Jesús, y que no permitiesen que los afectos de sus corazones fuesen arrastrados por nadie más.
La misión del apóstol Pablo era presentar una iglesia pura, sin mancha.
La iglesia de Corinto fácilmente estaba aceptando el mensaje de un “Jesús” diferente del que Pablo les había predicado.
Ellos estaban aceptando un “espíritu” diferente al que se les había ministrado.
Y Recibían un “evangelio” distinto al que se les había anunciado.
La iglesia se estaba dejando “seducir” por agentes extraños que lo único que provocaban era desviarlos de la verdad.
“Porque los tales son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo.” (2Co 11:13 NBLA)
Nuevas doctrinas, nuevas revelaciones y nuevos evangelios están saliendo casi a diario. Y cada vez se acrecienta esta situación.
La Biblia advierte que en los últimos días saldrán doctrinas extrañas presentando otro Jesús, otro Espíritu, y otro evangelio.
Pablo tenía un propósito, una meta, un deseo y es el mismo deseo que los ministros del Espíritu deben tener: presentar a Dios hijos espirituales santos y rectos, y fundamentados en la Palabra de Dios.
Predicando El Temor a Dios.
Somos llamados a predicar la Palabra con autoridad que produce temor de Dios constantemente.
“Con misericordia y verdad se corrige el pecado, Y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal.” (Pro 16:6, RV 1960)
Pablo nos advierte que Satanás se puede transformar a si mismo en un ángel de luz, lo cual señala a que falsos maestros pueden levantarse presentando un evangelio diferente.
De este tipo de “seducción” era la que el apóstol Pablo tenía celo de Dios. Que se permitiera recibir un Jesús, un Espíritu y un evangelio diferente.
Debemos mantenernos cimentados en el fundamento de la verdad.
Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.(2Ti 2:19, RV 1960)
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