Venciendo La Frustración

En la Biblia el echarse polvo sobre la cabeza era señal de frustración, era una manera de expresar el descontento, la desgracia, el dolor, el fracaso, luto, etc.

En Su Misericordia Jesús vino a levantarnos del polvo de la tierra y nos hizo sentar con príncipes, quitando toda desgracia, dolor y frustración.

La Frustración de Josué

Entonces Josué rasgó sus vestidos y postró su rostro en tierra delante del arca del SEÑOR hasta el anochecer, él y los ancianos de Israel; y echaron polvo sobre sus cabezas.(Jos 7:6)

A causa de la terrible derrota de Josué causada por el pueblo de Hai, cuyo nombre significa ruinas, el corazón del pueblo desfalleció, Josué y los ancianos rasgaron sus vestidos y se echaron polvo sobre sus cabezas.

El no poder superar en nuestra vida dolores o recuerdos amargos del pasado nos pueden llevan a tomar actitudes como el poner polvo sobre nuestras cabezas, lo que es igual sobre nuestros pensamientos, nuestras ideas. Pasamos a tener una mente reprobada.

Por el contrario, debemos todos los días como dice el apóstol Pablo, renovar el espíritu de nuestra mente, cambiar nuestra forma de pensar.

La derrota sufrida en Hai o ruinas, que representa el pasado, la vieja naturaleza, hace que nuestra forma de pensar se convierta fácilmente en comida de serpiente. Josué debía sobre ponerse venciendo la frustración de la derrota.

El polvo fue el alimento asignado para la serpiente.

Y el SEÑOR Dios dijo a la serpiente: Por cuanto has hecho esto, maldita serás más que todos los animales, y más que todas las bestias del campo; sobre tu vientre andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. (Gen 3:14)

Muchas personas, así como Josué, están delante del Arca Del Pacto, que a lo mejor los condujo a victorias sorprendentes como Jericó, abriendo paso en medio del Jordán, pero hoy se están echando polvo en su cabeza.

Las derrotas o fracasos ciertamente son maneras de llegar inmediatamente delante de la presencia del Señor, como lo hizo Josué con el Arca, pero también muchas veces tomamos la actitud de poner polvo sobre nuestra cabeza, demostrando la frustración, el enojo, etc.

Tenga mucho cuidado como enfrenta las frustraciones o aflicciones, deje que le lleven a la presencia de Dios, pero no tire polvo sobre su cabeza.

No convierta su mente en un centro de alimentación para serpiente. Cuide sus pensamientos, el apóstol Pablo nos recomienda ponernos el yelmo de la salvación.

Cuide Sus Pensamientos

Hay un ejemplo en la Biblia, por la soberbia de su corazón el rey Nabucodonosor llegó a tener mente de animal.

Y fue echado de entre los hijos de los hombres, y su mente se hizo semejante a la de las bestias, y con los asnos monteses fue su morada. Hierba le hicieron comer como a buey, y su cuerpo fue mojado con el rocío del cielo, hasta que reconoció que el Altísimo Dios tiene dominio sobre el reino de los hombres, y que pone sobre él al que le place. (Dan 5:21)

El animal que hace alarde de su hermosura es el pavo real y el avestruz, pero estos no ponen cuidado de sus hijos, los crían en un nido de polvo.

¿Diste tú hermosas alas al pavo real, o alas y plumas al avestruz? El cual desampara en la tierra sus huevos, Y sobre el polvo los calienta, Y olvida que el pie los puede pisar, Y que puede quebrarlos la bestia del campo. (Job 39:13-15)

No sirve de mucho que tengamos “hermosas alas”, una buena apariencia externa, si los más pequeños están creciendo en medio del polvo.

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Por el contrario, el águila lleva sus críos a las alturas, los lleva a la roca, donde no pueden ser tocados por la serpiente, ahí donde ella misma cambia de plumaje.

Que El Fuego Consuma El Polvo.

El fuego del Señor tiene que consumir de nuestro altar el polvo, nuestro altar no debe de tener ninguna fuente de alimentación para la serpiente. Dejemos que el fuego de Dios consuma el polvo, tengamos siempre un altar de adoración a Dios vivo, que haga descender el fuego del cielo.

Entonces cayó el fuego del SEÑOR, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y lamió el agua de la zanja. (1Re 18:38)

Sacudase El Polvo De Sus Pies.

El Señor Jesús enseño a sus discípulos que si el mensaje no era recibido, lo único que tenían que hacer es sacudirse el polvo de la planta de los pies, no sea que su caminar lo quiera afectar la serpiente.

Y en cualquier lugar que no os reciban ni os escuchen, al salir de allí, sacudid el polvo de la planta de vuestros pies en testimonio contra ellos. (Mar 6:11)

El Padre del cielo en su gran misericordia levanta del polvo al pobre para hacerlo sentar en medio de príncipes, coronarlo de favores y misericordias, venciendo la frustración en nuestra vida.

Él levanta del polvo al pobre y saca del muladar al necesitado; los hace sentarse con príncipes, con los príncipes de su pueblo. (Sal 113:7-8)


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