La Voz De Dios.

El deseo de Dios siempre ha sido tener una buena comunicación con su creación, siempre ha buscado al hombre para hablarle, escuchar la voz de Dios es el gran privilegio que tenemos sus hijos.

Eliú uno de los amigos que acompañaba a Job en su calamidad, le hace ver que la gente no se da cuenta o no reconoce cuando Dios habla.

Dios habla de muchas maneras, pero no nos damos cuenta. (Job 33:14 DHH)

Para el judío, una palabra era mucho más que un simple sonido; era algo que tenía una existencia independiente y que de hecho producía resultados. También para el hebreo, la palabra era algo aterradoramente vivo, era una unidad de energía cargada de poder. Volaba como una bala hacia su blanco.

El término griego para palabra es logos; pero logos no solo quiere decir palabra, sino también razón. Para Juan estos dos significados estaban íntimamente entrelazados. Siempre que usaban la palabra logos, tenían en mente las dos ideas: la Palabra y la Razón de Dios.

La Palabra Hecha Carne.

Jesús es el comunicador de la verdad. Él es el único que en medio de las sombras puede aclarar las cosas; en las múltiples encrucijadas de la vida nos puede indicar el verdadero camino; Jesús en los confusos momentos de la decisión nos permite escoger correctamente; entre las muchas voces que reclaman nuestra atención y nuestra lealtad, nos dice lo que debemos creer.

DIOS, habiendo hablado muchas veces y en muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, al cual constituyó heredero de todo, por el cual asimismo hizo el universo. (Hebreos 1:1-2)

Somos la creación favorecida con escuchar a Dios por medio de Su hijo Jesucristo. La Palabra hecha carne.

Otras Voces.

Una de las preguntas que hizo a Adán en el huerto de Edén fue ¿dónde estás tú? anteriormente Adán había escuchado la voz de la mujer, quien a su vez había escuchado la voz de la serpiente, al final lo que entra por nuestros oídos puede llegar a ser trascendental en nuestra vida.

El Señor termina cuestionando a Adán preguntándole: ¿quién te dijo que estabas desnudo?

“Le preguntó Dios:¿Quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol del que te mandé que no comieras?”  (Gen 3:11)

Entonces la diferencia entre oír y escuchar, es que quien escucha permite que lo que oye le afecte de manera que produzca cambios desde nuestro estado de ánimo, actitudes y nuestro carácter.

Hoy podemos ser el resultado de lo que hemos escuchado por años, por eso es importante tener en cuenta que a través de nuestros oídos podemos estar siendo ministrados, entonces la importancia de escuchar a Dios se vuelve una necesidad latente.

El problema no es que Dios nos hable, sino que no escuchemos o entendamos la manera en la que Él nos habla. Click To Tweet

Ventajas De Escuchar La Voz De Dios.

Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. (Juan 10:27-28)

El ser parte de su redil nos permite escuchar Su voz, y nos conduce a recibir el regalo más grande de la vida eterna.

Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. ‭(Romanos‬ ‭10:17‬)

Nuestra fe es incrementada al escuchar Su voz.

El Privilegio De Escuchar La Voz De Dios.

Escuchar a Dios es algo importante y una necesidad, pero también es un privilegio que Él nos da y que es gradual conforme le busquemos así nuestro entendimiento se va agudizando de manera que entendemos sus distintos mensajes de las distintas maneras.

Hoy sabemos que hay bendiciones en entender las distintas maneras en las que Él nos habla.

Entonces hay que descifrar el mensaje, porque el mensaje llega a su destino pero si nosotros no tenemos la clave para descifrar el mensaje no lo vamos a entender, y entonces vamos perdiendo sintonía.

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Su Voz A Través De Los Hombres.

El joven Samuel antes de escuchar la voz audible de Dios la confundía con la voz de su líder; es decir que él estaba tan acostumbrado a escuchar a Dios a través de su líder que cuando escuchó la voz de Dios le costó distinguirla.

Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada, Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí. Y corriendo luego a Elí, dijo: Heme aquí; ¿para qué me llamaste? Y Elí le dijo: Yo no he llamado; vuelve y acuéstate. Y él se volvió y se acostó. Y Jehová volvió a llamar otra vez a Samuel. Y levantándose Samuel, vino a Elí y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Y él dijo: Hijo mío, yo no he llamado; vuelve y acuéstate. Y Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada. Jehová, pues, llamó la tercera vez a Samuel. Y él se levantó y vino a Elí, y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Entonces entendió Elí que Jehová llamaba al joven. Y dijo Elí a Samuel: Ve y acuéstate; y si te llamare, dirás: Habla, Jehová, porque tu siervo oye. Así se fue Samuel, y se acostó en su lugar. Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: !!Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye. Y Jehová dijo a Samuel: He aquí haré yo una cosa en Israel, que a quien la oyere, le retiñirán ambos oídos. (1 Samuel 3:3-11)

Notemos que cuando Dios habla puede no ser un mensaje placentero o agradable. No eran buenas noticias cuando Samuel escuchó el mensaje de juicio sobre la casa de Elí. De igual forma debemos de saber que es Dios hablando a nuestra vida.

Nos Habla En Sueños.

Así como habló a Samuel “en medio de sus sueños” así habló a José y él no resto importancia a lo que Dios le prometió a pesar de todo lo que le pasaba José sabía que iba llegar el tiempo de cumplimento, las circunstancias decían algo pero él no escuchaba las circunstancias escuchaba lo que Dios decía.

Nos habla por medio de la creación.

Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz (Salmo 19:1)

A través de la creación nos habla de su grandeza nos invita a alabarle y adorarle, pero también nos dice que somos importantes, que no nos preocupemos o afanemos pues estamos en sus manos.

Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. (Mateo 6:26-33)

Tal vez en nuestro “esfuerzo” de hablar con Dios, hemos casi olvidado como escuchar Su voz. Necesitamos aprender a escuchar, que en nuestro silencio Él nos quebrante en cualquier momento o lugar. Es tan importante que reconozcamos Su voz cuando El habla.

Lo importante es sentarse en Su presencia y escuchar Su voz, después levantarse y ponerla por obra. Click To Tweet

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