Dios personalmente se preocupa por nosotros y por todas nuestras necesidades, en Él podemos ser libres de ansiedad.

Todas las cosas por las que estamos estresados, ansiosos, y preocupados, podemos dejarlas al cuidado del Señor.

Nadie está libre de las preocupaciones e incluso de sufrir etapas críticas de ansiedad; todo ser humano es susceptible a cualquiera de estas situaciones.

Afortunadamente existe un ofrecimiento de parte de Dios para ayudarnos a enfrentar estas situaciones de nuestra vida.

“echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros. Sed de espíritu sobrio, estad alerta. Vuestro adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar.” (1Pe 5:7-8, LBLA)

El apóstol Pedro nos habla de desechar todo afán, ansiedad o preocupación y dejarlo todo bajo el cuidado de Dios.

Despojémonos de toda preocupación, temor y carga.

Una gran cantidad de enfermedades, problemas y trastornos se originan a causa de la ansiedad y la depresión.

La depresión es un “exceso” de pasado, la ansiedad es un “exceso” de futuro.

LA RESPUESTA NO ESTÁ EN PREOCUPARSE.

Las preocupaciones no puede cambiar el pasado, y con preocuparse no se puede controlar el futuro.

No perdamos la promesa del hoy, a causa de estar atados al pasado y temerosos del futuro.

La oración de nuestro Señor nos enseña a pedir por las necesidades de hoy.

“Danos hoy el pan nuestro de cada día.” (Luc 11:3, LBLA)

La preocupación no puede cambiar el pasado ni puede controlar el futuro. Sólo arruinará el presente.

En los últimos tiempos Jesús enfatizó sobre las consecuencias de estar con preocupaciones.

“Tengan cuidado, no sea que se les endurezca el corazón por el vicio, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida. De otra manera, aquel día caerá de improviso sobre ustedes,” (Luc 21:34, NVI)

Por estar enfocados únicamente en las preocupaciones de la vida nos podemos desviar de nuestra meta.

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LA PREOCUPACIÓN NO PERMITE FRUCTIFICAR.

La razón por la cual la palabra no fructifica en nuestra vida se debe a las preocupaciones.

“Otros son como lo sembrado entre espinos: oyen la palabra, pero las preocupaciones de esta vida, el engaño de las riquezas y muchos otros malos deseos entran hasta ahogar la palabra, de modo que ésta no llega a dar fruto.” (Mar 4:18-19, NVI)

LIBRES DE ANSIEDAD.

Esta es la invitación personal de Dios para nosotros. ¡Pongan todas sus preocupaciones en mis promesas! No permanezcan más con esas cargas.

Nuestro Dios tiene cuidado de sus hijos, Él es nuestro descanso, consuelo y fortaleza.

También en el libro de los Salmos nos insta a que le entreguemos todo afán y preocupación.

“Encomienda al SEÑOR tus afanes, y él te sostendrá; no permitirá que el justo caiga y quede abatido para siempre.” (Sal 55:22, NVI)

El consejo del apóstol Pablo es que no debemos estar afanosos por nada, sino que presentar a Dios cada una de nuestras preocupaciones.

“Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios.” (Fil 4:6)

Dios satisfará nuestras necesidades. Somos sus hijos, nos dió la salvación y la vida eterna. Y nos ha dado su Espíritu cuando para consolarnos en cualquier situación.

No necesitamos vivir preocupados.


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