LA OBRA MAESTRA DE DIOS
“Nosotros somos obra de Dios, fuimos creados por Cristo para hacer el bien tal como Dios ya lo tenía planeado.” (Efe 2:10 PDT)
Cuando se quiere hacer referencia al mejor y más relevante trabajo que ha realizado alguna persona suele utilizarse el término “obra maestra”.
Importantes creaciones artísticas, musicales, literarias son catalogadas bajo ese término.
Ya en la antigüedad se utilizaba el término en latín ‘magnum opus’, cuya traducción literal venía significar gran, importante, ilustre trabajo y se utilizaba para destacar aquellas obras más importantes.
También nosotros somos obra de Dios, su creación incomparable, somos obra maestra de Dios. Creados a su imagen y semejanza.
Somos Lo Que Dios Dice Que Somos
Posiblemente nos vemos con muchos defectos, imperfectos en muchos sentidos y aspectos; pero para Dios somos su obra maestra.
Nosotros somos su especial tesoro, pueblo escogido, nación santa; para Dios somos un real sacerdocio.
A menudo las personas fundamentan su concepto de sí mismas en sus logros; pero nuestra relación con Cristo es mucho más importante que nuestras tareas, éxitos, riquezas o conocimientos.
Hemos sido escogidos por Dios como su propiedad, y hemos sido llamados a representarlo delante de otros.
Recuerde que sus valores vienen como resultado de ser uno de los hijos de Dios, no como producto de lo que pueda lograr.
Usted es una persona valiosa por lo que Dios hace y no por lo que usted pueda hacer.
Siendo Perfeccionados
El apóstol Pablo estaba convencido de que tan excelente obra sería perfeccionada hasta el día de Cristo Jesús.
“Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.” (Fil 1:6)
Cada obra maestra conlleva mucho trabajo; dedicación y disciplina. Cada día la perfecciona, cada día la mejora.
Todos los días, hasta la venida de nuestro Señor debemos de estar alertas (trabajando) en el cuidado de esa obra.
“Pero en cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre. ¡Estén alerta! ¡Vigilen! Porque ustedes no saben cuándo llegará ese momento. Es como cuando un hombre sale de viaje y deja su casa al cuidado de sus siervos, cada uno con su tarea, y le manda al portero que vigile.” (Mar 13:32-34)
De la misma manera que el inicio de nuestra salvación fue obra exclusiva de la soberana y libre iniciativa divina, así también la consumación de la salvación es obra de la gracia y del poder de Dios.
El Ciego De Nacimiento
“Ni él pecó, ni sus padres respondió Jesús, sino que esto sucedió para que la obra de Dios se hiciera evidente en su vida.” (Jua 9:3)
La obra maestra de Dios sería evidente en este hombre que era ciego de nacimiento. Él Dedicaba su vida a mendigar, vivía de lo que la gente le podía dar.
Su estado no aparentaba ser la mejor obra de un experto; para los hombres su condición se debía a las consecuencias del pasado. Pero para el Señor sería la evidencia de su obra en él.
Los hombres entendían que su estado actual se debía al pecado, sin embargo, para nuestro Señor la condición de ese hombre se debía a que la obra de Dios se iba a manifestar en su vida.
La Obra Maestra De Dios
Jesús mostró su compasión desde el momento en que se fijó en este hombre. Otros veían cada día a este ciego, pero no le miraban como Cristo le miró. Jesús fijó su vista en nosotros antes de que nosotros pudiésemos verle y fijar nuestra vista en Él.
Cualquiera que sean las razones de nuestro sufrimiento, Jesús tiene poder para ayudarnos a pasar cualquier adversidad y aflicción.
Cuando sufra debido a una enfermedad, una tragedia o una incapacidad, trate de no preguntar: ¿Por qué me sucedió esto? ni ¿En qué me equivoqué? Más bien pida a Dios que le dé fortaleza para la prueba y una perspectiva más clara de lo que está sucediendo.
Tenga siempre presente que TODAS las cosas ayudan a bien para aquellos que aman al Señor; deje que nuestro buen Dios siga perfeccionando su obra en usted.
Empiece a visualizar su vida de la misma forma que Dios los ve; para Él usted es un valiente guerrero, un libertador ungido, un ciudadano del reino de los cielos. Porque Dios llama las cosas que no son como que si ya fuesen.
“como está escrito: TE HE HECHO PADRE DE MUCHAS NACIONES delante de aquel en quien creyó, es decir Dios, que da vida a los muertos y llama a las cosas que no existen, como si existieran.” (Rom 4:17)
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