LOS JUSTOS FLORECERÁN
El salmista veía a los justos florecer como hombres rectos, fuertes y sólidos ante los vientos de las circunstancias.
El justo florecerá como la palmera; crecerá como cedro en el Líbano. plantados en la casa de Jehová, en los atrios de nuestro Dios florecerán. (Salmos 92.12-13)
Las palmeras crecen bajo el peso; es decir, cuanto más la aprietan, mejor crece; así crece y prospera el justo bajo sus cargas y tribulaciones, y da frutos de santificación.
Todos los que ponen su fe con firmeza en Dios tendrán fortaleza y vitalidad.
Al inicio de este nuevo tiempo es necesario hacernos las siguientes preguntas:
¿Cómo están nuestras raíces? ¿Cuáles son nuestras convicciones? ¿Cómo está nuestra relación con Dios?
El tamaño, la extensión y la profundidad de las raíces de muchas especies de árboles son el secreto de su permanencia en el tiempo.
Para crecer fuertes y sanos necesitamos dedicar tiempo a nuestra vida espiritual.
CUANDO NO HAY RAÍZ NO HAY FRUTO.
“Otros son como lo sembrado en terreno pedregoso: cuando oyen la palabra, en seguida la reciben con alegría, pero como no tienen raíz, duran poco tiempo. Cuando surgen problemas o persecución a causa de la palabra, en seguida se apartan de ella.” (Mar 4:16-17)
La semilla que cae entre pedregales no da fruto porque no tiene raíz profunda.
Los pedregales representan las personas que dan una respuesta superficial a la Palabra.
No hay una verdadera entrega a Cristo y tampoco una relación profunda con el Espíritu Santo.
Recibe la palabra con gozo; sería mejor si la recibiera con profundo arrepentimiento.
Parece crecer por un tiempo con éxito, pero cuando viene la tribulación o la persecución por causa de su profesión de fe, decide que el costo es demasiado elevado, y lo deja todo.
LA ORDEN ES DAR FRUTO
“No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre.” (Jua 15:16)
Este nuevo tiempo es el indicado para fructificar en las diferentes áreas de nuestra vida. Como lo dice el Salmo: Los justos florecerán plantados en la casa de Dios.
Florecen y permanecen por el lugar donde están plantados, en la comunión con Dios.
PLANTADOS EN LA CASA DE DIOS.
Los árboles de justicia no crecen por sí mismos; son plantados; y no en suelo común, sino en la casa del Señor.
Los justos han sido plantados en la casa de Dios, porque de su gracia, palabra y Espíritu es de donde ellos reciben la savia y la virtud que los conserva vivos y los hace fructíferos.
Pues los plantaré en su tierra y nunca más serán arrancados de la tierra que yo les di, ha dicho el SEÑOR tu Dios. (Amo 9:15)
El Señor anhela vernos debidamente plantados en su casa para llevar mucho fruto.
Seamos plantados en la gracia, misericordia y bondad de Dios; esto hará que muchos vengan a buscar una relación con el Señor.
El Señor se alegra en hacernos el bien al plantarnos en su tierra.
“Me gozaré en hacerles bien, y con fidelidad y de todo corazón los volveré a plantar en esta tierra.” (Jer 32:41)
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