Cada año nuevo lo iniciamos con fe, gozo y sobre todo, con la expectativa de todo lo bueno que el Señor traerá a nuestra vida. Nuestra oración es, que en el año 2021, la misericordia y el favor de Jesucristo sigan manifestándose y continuemos viviendo el año favorable del Señor.

“Me eligió para anunciar el año en que el SEÑOR se mostrará favorable y el día en que nuestro Dios se vengará. Me eligió también para consolar a todos los que están tristes,” (Isa 61:2)

El año 2020 que está finalizando fue un tiempo para valorar muchas cosas que dábamos por “normales”. Tal vez habíamos desvalorizado lo importante que era estar congregados, pasar tiempo en familia, valorar el trabajo y sobre todo volver a buscar con todo nuestro corazón al Señor.

Algunas personas sufrieron pérdidas familiares importantes, los negocios se vieron afectados, la economía cambió drásticamente. Inesperadamente vivimos un año que nos desafió a creer y confiar aún más en nuestro Dios.

En este 2020 aprendimos que quizá habían muchos planes y proyectos, pero que al final, el propósito de Dios fue el que se llevó a cabo. Tal como lo dice su palabra.

“El corazón humano genera muchos proyectos, pero al final prevalecen los designios del SEÑOR.” (Pro 19:21)

Muchos planes se vinieron abajo, proyectos que no se realizaron. Pero aún así, Dios se manifestó soberano a su pueblo y pospuso por un tiempo cada plan humano.

A vísperas de iniciar el año 2021, volvemos a disponer nuestro ser a contemplar la mano misericordiosa del Señor. Recordemos que los procesos y pruebas tienen fecha de caducidad.

El Trigo Fue Triturado

“El grano es triturado, pero no se le seguirá trillando indefinidamente; debido a que la rueda de la carreta y sus caballos lo dañarán, no se le triturará más.” (Isa 28:28)

La Palabra del Señor nos enseña que las breves dificultades producen una gloria eterna en nuestra vida; después de salir victoriosos de las pruebas vienen las recompensas de Dios.

El trigo no es triturado para siempre porque se puede quebrar; el proceso solo sirvió para limpiar el grano, para saber que era lo que había en el corazón.

Lo superficial fue removido, la “basura o paja” que cubría el grano fue eliminada. Todo aquel que soportó la prueba y salió vencedor entró a una nueva dimensión espiritual.

La Tierra Fue Renovada

Tierra, no tengas miedo. Alégrate y celebra, porque el SEÑOR hará grandes cosas.” (Joel 2:21)

El término tierra a la que se refiere esta cita, viene del hebreo «adamah» la cual se refiere a la superficie del planeta y que puede traducirse como: suelo, tierra o un campo cultivable.

Específicamente habla de la tierra productiva o fértil. Este término se contrasta con «erial, yermo» que quiere decir: suelo improductivo.

El cuerpo del primer hombre, Adán, se formó del polvo de «adamah». El libro de Génesis dice que Dios formó al hombre del polvo de la tierra.

“Entonces el SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre llegó a ser un ser viviente.” (Gen 2:7)

El 2020 fue un año de formación y desarrollo; crecimos en fe, en confianza en Dios. La prueba produjo carácter y paciencia. De la prueba no salimos siendo los mismos. Ahora estamos preparados para recibir las bendiciones de nuestro buen Dios. Tierra ya no tengas más temor, El Señor nuestro Dios hará grandes cosas.

El amor de Dios mostrado a nosotros hará que el temor sea anulado en nuestra vida, llegará el tiempo de alegría y celebración.

No debemos temer. Su amor es eterno, no cambia; hemos sido testigos del inmenso amor de Dios para con sus hijos y este año 2021 no dejará de mostrar su incondicional amor a nosotros.

Todo aquel que confía en Él no será defraudado. Click To Tweet

 

Y sabrás que yo soy el Señor, que los que en mí esperan jamás son defraudados. (Is 49:23)

Dios Hará Grandes Cosas

La renovación de todo nuestro ser sucede cuando permitimos que el Espíritu Santo de Dios llene nuestra vida. Nuestra mente es renovada, nuestras fuerzas son restablecidas; todo es restaurado en nuestro interior cuando la presencia del Señor viene a nuestra vida.

“Él nos salvó gracias a su misericordia, no por algo bueno que hubiéramos hecho. Nos salvó lavándonos, dándonos una vida nueva al renovarnos por medio del Espíritu Santo.” (Tit 3:5)

Sucederá como con la vara de Aarón, que volvió a retoñar. El pueblo había obrado mal y muchos renegaron por la situación que estaban viviendo. El Señor iba a hacer retoñar la vara del sacerdocio que Él mismo había establecido.

“Moisés colocó las varas delante del SEÑOR, en la Tienda del pacto. Al día siguiente, Moisés entró en la Tienda del pacto y, al fijarse en la vara que representaba a la familia de Leví, vio que la vara de Aarón no sólo había retoñado, sino que también tenía botones, flores y almendras.” (Núm 17:7-8)

Tiempo De Florecer

Vuelve el tiempo de florecer, de volver a dar frutos. Fue tiempo de “sufrir” la poda, pero con el único propósito de dar mejores y más grandes frutos.

“Toda rama que en mí no está llevando fruto, la quita; y toda rama que está llevando fruto, la limpia para que lleve más fruto.” (Juan 15:2)

Muchos volverán a fructificar por la obra del Espíritu Santo; todo aquel que vuelva su corazón al Señor volverá a producir más frutos.

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La vara de Aarón permaneció toda la noche en el tabernáculo de reunión; la vara que Dios usó para hacer milagros y señales, ahora estaba en igual condición y circunstancia que las demás. Por un tiempo estuvimos estancados y bajo las mismas condiciones que los demás, pero llegó el tiempo de volver a florecer y dar frutos.

Creemos que el Espíritu Santo de Dios provocará una nueva etapa de levantamiento en los sacerdotes del Señor.

Los Árboles Darán Fruto

“No teman, animales del campo, porque los pastizales reverdecerán; porque los árboles llevarán su fruto; la higuera y la vid darán su riqueza.” (Joe 2:22)

Dar fruto es la forma en que honramos y glorificamos a Dios. Él es glorificado cuando llevamos mucho fruto y nos mostramos como sus discípulos. La mayor gloria que podemos tener los cristianos es dar gloria a Dios con nuestra vida y conducta.

Fue necesario atravesar el tiempo de la poda para producir los frutos deseados. Las ramas que llevan fruto se limpian a fin de promover el crecimiento. En otras palabras, durante el año 2020 el Señor realizó una poda para fortalecer nuestro carácter y nuestra fe.

Para fructificar debemos permanecer en Cristo, debemos estar unidos a Él por la fe, separados de Él nada podemos hacer.

La Lluvia Que Hace Producir La Tierra

“Y ustedes, hijos de Sión, alégrense y hagan fiesta al SEÑOR su Dios, porque como muestra de su generosidad él les mandará a su debido tiempo tanto las lluvias de otoño como las de primavera, así como lo hacía antes. ” (Joe 2:23)

La falta de lluvia en la tierra la hace improductiva; el regar la semilla constantemente provoca que produzca su fruto a su tiempo.

En donde el Señor mostró su descontento, los cielos fueron cerrados y la lluvia no llegó. Por lo mismo el suelo no dio sus frutos.

Porque entonces se encenderá la ira del SEÑOR contra ustedes, y cerrará los cielos para que no llueva; el suelo no dará sus frutos, y pronto ustedes desaparecerán de la buena tierra que les da el SEÑOR. (Deu 11:17)

El año 2021 será el tiempo en donde Dios abrirá los cielos y enviará su lluvia, la temprana y la tardía. La tierra producirá fruto abundante y a su tiempo.

Por un lapso de tiempo hubo sequía, por un breve momento se cerraron los cielos, pero en esta nueva etapa los cielos se abren para derramar la lluvia del Espíritu Santo.

Una Nueva Esperanza

La Palabra de Dios dice que la esperanza que se pone en Él no avergüenza, no se desvanece, ni deja frustrados a los que confían en Él. La esperanza que se pone en el amor de Dios no es ninguna ilusión; porque Dios nos ama con un amor eterno respaldado por un poder eterno.

“Entonces sabrán que yo estoy en medio de mi pueblo Israel, que yo soy el SEÑOR su Dios, y que no hay otro. Nunca más mi pueblo será avergonzado.” (Joe 2:27)

Para el año 2021 nuestra confianza y esperanza están puestas en Dios. El escritor de la carta a los Hebreos dice que esa esperanza es como el ancla de un barco que lo mantiene firme en un mismo lugar. Esa maravillosa esperanza nos tiene retenidos a la misma presencia de Dios.

Anticipadamente damos infinitas gracias a Dios por todo lo que el año 2021 tiene para nosotros, sabiendo que nuestro buen Padre tiene planes de bienestar y de prosperidad para cada uno de nosotros.

“Que la misericordia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la presencia del Espíritu Santo estén siempre con todos ustedes.” (2Co 13:14)


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