Dios siempre da nuevas oportunidades, Él nos permite empezar de nuevo. En Cristo nunca es demasiado tarde para volver a empezar. Una de nuestras mayores promesas radica en que su misericordia y su fiel amor permanecen para siempre.

“El SEÑOR llevará a cabo los planes que tiene para mi vida, pues tu fiel amor, oh SEÑOR, permanece para siempre. No me abandones, porque tú me creaste.”(Sal 138:8)

Las Excusas Nos Retienen

Para volver a empezar debemos identificar todo aquello que impide que iniciemos nuevamente y una de esas situaciones son las excusas. Las mayores barreras para el éxito son las excusas.

No debemos pensar que no somos capaces de lograr lo que nos proponemos. Incluso Muchos personajes bíblicos a los que Dios eligió pusieron grandes excusas para aceptar el desafío.

Uno de ellos fue Gedeón, quien comenzó a poner excusas para aceptar el desafío al cual Dios lo estaba llamando.

“Y Gedeón respondió: —Perdón, señor, pero ¿cómo puedo salvar a Israel? Mi familia es la más débil de todas las familias de Manasés, y yo soy el más joven de todos.” (Jue 6:15)

El temor a volver a empezar regularmente aparece con la intensión de detenernos. Pedro había tenido una infructuosa pesca durante toda la noche, ya estaba limpiando sus redes y resignado a no pescar nada ese día. Pero se encontró con el mensaje de la palabra de Jesús. Pedro boga mar adentro y vuelve a empezar.

No olvide que todos fracasamos, somos producto del pasado pero no tenemos que ser prisioneros de ese pasado. El pasado no tiene que controlarnos, Dios está más interesado en nuestro futuro que en el pasado.

Nuestro Señor está siempre innovando, siempre está haciendo algo nuevo.

“No recuerden lo que pasó antes ni piensen en el pasado. Fíjense, voy a hacer algo nuevo. Eso es lo que está pasando ahora, ¿no se dan cuenta? Haré un camino en el desierto y ríos en tierra desolada.” (Isa 43:18-19)

Que los errores del pasado o las malas experiencias no se conviertan en fuertes excusas que nos mantengan retenidos y estancados sin lograr aquello a lo que Dios nos ha dado la capacidad de alcanzar.

Aprendamos De Los Errores Y Continuemos.

“Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja, halla perdón.”(Pro 28:13)

Mantengamos siempre presente la promesa de Dios que cada día sus misericordias son nuevas. Si nos equivocamos o le fallamos en algo, acerquémonos confiadamente delante del trono de la gracia, allí encontraremos gracia para la ayuda necesaria.

Dios nos perdona, aunque nuestras falta sean rojas como la grana, Él las vuelve como blanca lana. Jesús nos ha dado la facultad y la oportunidad de volver a empezar y emprender el camino.

Volvamos a correr con perseverancia la carrera que tenemos por delante.

“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos enreda, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos delante de nosotros” (Heb 12:1)

Un Inventario Personal

Para volver a empezar debemos saber con que recursos contamos. Pensemos en los dones y talentos que Dios nos dio, habilidades, recursos materiales, las experiencias que hemos vivido o las personas que nos rodean.

Sobre todo lo más importante, es que tenemos a Cristo, quien nos ha hecho más que vencedores por su amor.

Que hemos aprendido en este tiempo. Todo lo aprendido se vuelve un valioso recurso del cual poder echar mano, El apóstol Pablo sabía que los hermanos de la iglesia en Galicia habían atravesado situaciones difíciles, pero que no había sido en vano todo lo que habían padecido.

“¿Tantas cosas padecieron en vano, si de veras fue en vano?” (Gal 3:4)

La mejor forma de llamar a un fracaso es aprendizaje, experiencia o capacitación. Valoremos todo lo aprendido y que se conviertan en recursos que podamos utilizar ahora que ha llegado el tiempo de volver a empezar.

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Es tiempo de actuar en fe, a Dios no lo mueve nuestras quejas o reclamos, la fe es lo que Dios respalda.

Puestos Los Ojos En Jesús

Tenemos que establecer metas, al proponernos metas en la vida estamos actuando en fe. Si fijamos metas tendremos un motivo para seguir adelante; objetivos a corto, mediano y largo plazo, al darnos cuenta que vamos alcanzando cada una de ellas podemos fijarnos metas más objetivas y más desafiantes.

Teniendo siempre presente que es Dios quien dirige nuestro caminar. En la carta a los Romanos, el apóstol Pablo nos recuerda que Los hijos de Dios son los que son guiados por el Espíritu Santo.

Que sea Él quien nos dirija y ponga la pauta para movernos de acuerdo a sus planes.

“El corazón del hombre traza su camino, pero el SEÑOR dirige sus pasos.”(Pro 16:9)

Cambiemos Nuestra Manera De Pensar

También necesitamos pensar de manera diferente. Para volver a empezar es muy importante pensar de manera diferente. Renovar constantemente nuestra manera de pensar. Dejar a un lado pensamientos negativos, pesimistas y enfocarnos en los planes maravillosos que Dios tiene para nosotros.

Pensamientos de frustración o de derrota debemos rechazarlos, Dios nos recuerda que Él tiene planes y pensamientos de bien y no de mal para nosotros. Que cualquiera que sea nuestra situación en abundancia o en escasez, todo lo podemos en Cristo que nos fortalece.

Si no aprendemos a llevar todos los pensamientos cautivos a la obediencia de Cristo, no viviremos la vida por la que Jesús murió para darnos, una vida de paz con Dios, paz con nosotros mismos, grandiosas relaciones, gozo real y la capacidad de llegar a ser todo lo que Dios nos ha creado para ser.

Se trata de elegir creer lo que Dios dice (la verdad) más de lo que creamos a nuestros sentimientos, lo que digan otras personas o a nuestras circunstancias.

Somos nosotros los que podemos elegir en que pensar. Si centramos nuestra atención en la Palabra de Dios, renovando los pensamientos con la verdad y sacando los malos pensamientos del camino, entonces experimentaremos la plenitud de la nueva vida que todos podemos tener en Cristo.

Él Es El Alfarero

Mi Confianza Está En Dios, es Él quien sabe lo que hace. Nosotros somos como el barro en manos del alfarero. Aunque el vaso de barro que hacía se echó a perder, Él empezó y volvió hacer uno nuevo.

“Descendí a la casa del alfarero, y he aquí que él estaba trabajando sobre la rueda. Y el vaso de barro que hacía se dañó en la mano del alfarero, pero el alfarero volvió a hacer otro vaso según le pareció mejor.” (Jer 18:3-4)

Vamos a sentir que todo se echó a perder o que fue el peor de los fracasos, que no vale la pena volver a empezar o posiblemente pensemos que no tiene sentido emprender nuevamente algo. Pero aprendamos del alfarero, Él tiene la facultad de volver a moldear el barro y empezar una nueva vasija.

Dios no desperdicia ninguna de nuestras experiencias, positivas o negativas; El hace siempre algo nuevo.

Es tiempo de creer nuevamente, de empezar de nuevo. Es temporada de iniciar una nueva carrera. Dios nos está dando la oportunidad de empezar de nuevo. Él ha prometido estar con nosotros todos los días de nuestra vida.

“Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!” (2Co 5:17)


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