“He visto esclavos montar a caballo, y príncipes andar a pie como esclavos.” (Ecc 10:7)

El escritor de Eclesiastés se dio cuenta de algo inusual, andaban príncipes a pie, mientras que los siervos andaban a caballo.

PRINCIPES A PIE.

Esta contradicción se aprecia debido a que hay príncipes que no andan como lo que realmente son. Hijos de rey que más parecen esclavos.

¿Cómo se llega más rápido a pie o a caballo? ¿Cómo se va más cómodo?, ¿Quién se cansa más?

Siervos que llegan más rápido y lejos, menos cansados y fatigados; esclavos que se le mira más felices y realizados. Inspiran más que los hijos de un rey.

FALTA DE IDENTIDAD

La Biblia desde el libro de Génesis nos enseña que fuimos creados a su imagen y semejanza; esto con el propósito de expresarlo o manifestarlo. Así mismo nos dio autoridad y su bendición para representarlo.

Príncipes caminando como siervos; andaban con otra identidad; el robo de identidad o naturaleza es una de las intenciones del diablo.

Desde el principio Dios otorga al hombre su propia identidad.

Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. (Génesis 1:26)

La identidad fue robada; a partir de la desobediencia los hijos empezaron a nacer a la imagen de Adán. Mataron la identidad adquirida desde el principio.

Este es el libro de las generaciones de Adán. El día que Dios creó al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. Varón y hembra los creó; y los bendijo, y los llamó Adán el día en que fueron creados. Cuando Adán había vivido ciento treinta años, engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y le puso por nombre Set. (Gen 5:1-3)

EL HIJO PRODIGO

Estando en la casa de los cerdos no parecía hijo de rey; la vida desordenada y de pecado le provocó perder esa identidad de príncipe.

Muchos hemos perdido identidad, como en el caso del hijo pródigo; él quería ser tratado como jornalero, no como lo que realmente era, un hijo.

El diablo quiere hacernos pensar que somos algo diferente a nuestra verdadera naturaleza.

EL PRÍNCIPE QUE SE VEÍA COMO PERRO.

El rey David quiso hacer misericordia de un príncipe, y este se veía como un “perro muerto”, había quedado lisiado de los pies, retenido, inmovilizado; pero encontró el favor del rey y lo hizo sentar a su mesa, restituyendo su condición de príncipe.

“No temas, pues en memoria de tu padre Jonatán he decidido beneficiarte. Voy a devolverte todas las tierras que pertenecían a tu abuelo Saúl, y de ahora en adelante te sentarás a mi mesa. Mefiboset se inclinó y dijo: ¿Y quién es este siervo suyo, para que Su Majestad se fije en él? ¡Si no valgo más que un perro muerto!” (2Sa 9:7-8)

Eso mismo hizo El Señor con nosotros:

“Él levanta del polvo al pobre y saca del muladar al necesitado; los hace sentarse con príncipes, con los príncipes de su pueblo.” (Sal 113:7-8)

EL CASO DE SAÚL.

“Tomó entonces Samuel la redoma de aceite, la derramó sobre la cabeza de Saúl, lo besó y le dijo: ¿No te ha ungido el SEÑOR por príncipe sobre su heredad?” (1Sa 10:1 LBLA)

Saúl había sido ungido como príncipe, pero como que en algún momento anduvo a pie, pues temía todo el tiempo por Goliat.

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El rey Saúl fue ungido con una REDOMA, recipiente de barro.

Este gigante estuvo atemorizando al pueblo dirigido por Saúl; Durante 40 días el pueblo estuvo paralizado por este gigante. Goliat tenía a príncipes a pie, sin poder avanzar.

Hoy día vemos príncipes a pie, todo el tiempo con temores, asustados; príncipes que NO CREEN poder vencer al gigante.

Quiero recordarte que es mucho más fuerte el que está adentro nuestro que el que está afuera.

EL CASO DE DAVID.

“Ahora pues, así dirás a mi siervo David: «Así dice el SEÑOR de los ejércitos: “Yo te tomé del pastizal, de seguir las ovejas, para que fueras príncipe sobre mi pueblo Israel.” (1Cr 17:7, LBLA)

En el redil se forman los príncipes, detrás de las ovejas, como último; Pero los últimos son los primeros.

Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá. (1Sam 16:13)

A David lo ungen con CUERNO, lo que significa que hubo sacrificio para disponer del cuerno; también para nosotros hubo un sacrificio, no de animal, no de grasa de animal, un sacrificio perfecto.

ESTRATEGIAS DE PRÍNCIPES

Los príncipes reciben estratégias de otros príncipes para enfrentar las batallas.

Josué estaba a punto de enfrentar una batalla, de tomar por conquista la tierra prometida.

El respondió: No; mas como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo? (Jos 5:14 RV60)

Cuando enfrentemos una batalla o necesitemos conquistar una promesa, busquemos las estrategías del príncipe del ejército del Señor.

EL PRINCIPE DE PAZ.

Si estás pasando por tribulación o angustia busca al príncipe de paz, Él muy pronto aplastará la cabeza de Satanás.

“Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.” (Fil 4:7, NVI)

EL PRÍNCIPE DE LOS PASTORES.

Posiblemente le falten fuerzas para seguir trabajando en la obra de Dios. Se ve frustrado y cansado. Quizá el desanimo llegó a su vida.

Muy pronto aparecerá el príncipe de los pastores y nos otorgará la corona inmarcesible.

“Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, recibiréis la corona inmarcesible de gloria.” (1Pe 5:4, LBLA)

JACOB PELEÓ COMO PRÍNCIPE.

Jacob toda su vida había sido un suplantador, anduvo caminando con identidad de engañador. Todos anhelamos la bendición del Padre. Anhelamos desprender virtud, deseamos lo mejor.

No estaba dispuesto a soltarlo hasta que le diera la bendición.

“Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices.” (Gen 32:26, RV1960)

La respuesta del varón fue inmediatamente cambiarle de nombre, de identidad; le cambió su naturaleza.

Él dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque como príncipe has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. (Génesis 32:28) (RVG)

Israel significa el príncipe que prevalece con Dios.


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