INFODEMIA EL ASESINO DE LA FE.

Las noticias se han atascado con artículos sobre la rápida propagación de esta nueva variedad de coronavirus humano. Las fotos y videos que muestran al personal médico en overoles con capucha, máscaras y gafas protectoras han aumentado la alarma de la población mundial.

Al parecer la batalla no es solo en contra del virus COVID-19, sino también de una epidemia mundial de información errónea, que se propaga rápidamente a través de las plataformas de redes sociales y otros medios, la cual plantea un grave problema para la sociedad en general. A esto se le conoce como INFODEMIA.

Cuando los problemas mundiales comienzan a llenar las noticias y sacudir al público, ¿cómo deben responder los cristianos a estas crisis?. Es tiempo de considerar la infodemia que se genera a nivel mundial en estos días.

En realidad, muchos académicos y profesionales médicos comienzan a especular que las tasas de mortalidad pueden ser incluso más bajas de lo que dicen los informes oficiales.

Los hospitales no registran oficialmente muchos casos leves o asintomáticos, ya que estas personas simplemente necesitan unos días de descanso en casa para recuperarse o pueden no mostrar signos de estar enfermos.

Acciones De Incredulidad O Fe

Enfermedades graves como esta y peores se han extendido por todo el mundo en el pasado. Las pandemias y las cuarentenas son una parte aceptada de los estudios y cuidados médicos modernos.

Ninguna de estas cosas es nueva o, francamente, tan sorprendente.

Sin embargo, rara vez se nos recuerdan estos problemas de manera tan conmovedora, hasta que somos testigos de la fragilidad de nuestros cuerpos en tiempo real.

Una persona puede negar la existencia del problema, alegando que todos los que están preocupados son alarmistas, que la ciencia y la tecnología se encargará del problema o incluso que Dios no permitirá que los “verdaderos fieles” se vean afectados de alguna manera y ser excluidos de obtener recompensa por su espiritualidad superior.

Entrar En Pánico

La incredulidad siempre obstaculiza la plenitud de la revelación y la bendición de Dios, las Escrituras dejan en claro que Dios no lo toma a la ligera.

Tenemos un gran ejemplo de esto en la historia del rey Asa, un rey justo descendiente de David que gobernó sobre Judá por aproximadamente 40 años. (ver 2 Crónicas 14 a 16).

El rey Asa entró en pánico, en lugar de confiar en el Señor, recurrió a un enemigo, el rey de Siria, en busca de ayuda. Increíblemente, Asa despojó al tesoro de Judá de toda su riqueza y se lo ofreció a los sirios para liberar a Judá, un acto de absoluta incredulidad.

Dios tenía en marcha su plan para liberar a Judá, pero Asa lo abortó actuando con miedo. Como Asa no confió en el Señor, desde entonces Judá tuvo guerras.

En aquel tiempo vino el vidente Hanani a Asa rey de Judá, y le dijo: Por cuanto te has apoyado en el rey de Siria, y no te apoyaste en Jehová tu Dios, por eso el ejército del rey de Siria ha escapado de tus manos. Los etíopes y los libios, ¿no eran un ejército numerosísimo, con carros y mucha gente de a caballo? Con todo, porque te apoyaste en Jehová, él los entregó en tus manos. (2Cr 16:7-8)

“Actuar con incredulidad siempre trae confusión. Sin excepciones. Sin embargo, confiar en la Palabra de Dios te permitirá mantenerte firme ante cualquier desafío y dejar que Dios traiga la victoria”.

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Cómo Responder Al Temor

Verdaderamente tener fe puede requerir acción de nuestra parte, pero será ordenado y un seguimiento sobrio de la dirección de Dios, no un acto frenético de autoconservación o negación.

Nos enfrentamos constantemente a nuevos desafíos y situaciones especiales mientras nos encontramos en diferentes etapas de la vida. Nuestra relación con Dios, que nos da la fe que necesitamos, también debería crecer y cambiar.

¿Cómo, entonces, definimos el miedo y respondemos a él?

Teme al Señor tu Dios, sírvele solamente a él, y jura solo en su nombre. (Deu 6:13)

La fe y el miedo a menudo se describen como opuestos. Pero en realidad, no es así como funciona, en realidad nace de la fe. Es el resultado de una promesa o amenaza que creemos.

A ustedes, mis amigos, les digo que no teman a los que matan el cuerpo, pero después no pueden hacer más. (Lucas 12:4)

Si nuestra fe está en nuestra propia bondad o espiritualidad, nuestro miedo a menudo, irónicamente, se convierte en hechos que pueden sacudirnos y hacernos sentir ansiosos.

Al poner nuestra fe en nuestra propia provisión, nuestro miedo levanta su cabeza cuando las circunstancias se salgan de nuestro control.

Si nuestro mayor temor es deshonrar a Dios o perder sus instrucciones, primero buscaremos su voluntad y tomaremos decisiones basadas en la fe en consecuencia.

La Infodemia Alimenta El Temor

Dios nos diseñó para experimentar miedo, en cierta medida, porque nos diseñó para vivir por fe.

De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como está escrito: «El justo vivirá por la fe». (Rom 1:17)

Y el objeto de nuestra fe se revela en los temores que más nos motivan.

“Necesitamos recordar todas sus grandes victorias para aquellos que han confiado en él y reclamar el mismo poder glorioso para nuestra presente prueba”.

El miedo no puede estrangular a ningún sirviente que tenga una visión de la grandeza y majestad de Dios. “

El miedo en sí no es malo. Es una especie de señal de verificación en nuestro tablero para nuestra fe.

Una vez que nuestros temores y nuestra fe estén correctamente alineados y se haya buscado la voluntad de Dios, es apropiado mantenerse bien informado y tomar las precauciones necesarias.

La obra de Dios puede implicar salir a situaciones peligrosas con la fe de que Él nos guiará y protegerá, pero también con frecuencia implica usar el sentido común para proteger y ayudar a los demás. Se necesitan tanto la fe como la acción práctica.

Vivir es a veces una cosa espantosa. Lo bueno es que tenemos un Dios que nos ama y siempre tiene el control. No permitamos que la infodemia tome el control.

Pues el Señor está atento a lo que ocurre en todo el mundo, para dar fuerza a los que confían sinceramente en Él. (2Cr 16:9)

Que la actual infodemia no mate nuestra fe, Dios sigue teniendo el control de todo. Una correcta información puede ayudar a fortalecer nuestra fe y vivir confiados en la palabra de Dios.


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