Tiempos De Restauración

Cierto día Pedro y Juan se dirigían al templo a la hora de la oración; en la entrada de la puerta llamada La Hermosa estaba un hombre paralítico de nacimiento.

Este hombre toda su vida había estado en esa condición.

Afortunadamente en Cristo es posible cambiar TODO aquello que aun desde nuestro nacimiento hemos vivido.

“Un día a las tres de la tarde, la hora de la oración, Pedro y Juan fueron al área del templo. En ese lugar del templo había una puerta llamada La Hermosa. Todos los días un paralítico de nacimiento era llevado hasta allí para que les pidiera limosna a los que entraban al área del templo. Cuando el paralítico vio a Pedro y a Juan a punto de entrar, les pidió limosna.” (Hch 3:1-3)

El hombre había estado paralítico desde el vientre de su madre, su parálisis era todo lo que ha conocido y vivido, era lo único que había visto.

Muy diferente es haber tenido la experiencia de haber caminado alguna vez.

Al menos se puede recordar cómo fue; pero cuando todo lo que has visto es parálisis no desarrollas el interés por algo mejor.

Todo lo “paralizado” que hemos visto desde nuestro nacimiento Cristo lo puede revertir.

Si todo lo que hemos visto es desorden, corremos el riesgo que vivamos desordenados; siempre hemos visto pobreza, podemos aceptar que así viviremos.

Lo mismo con el dolor, si todo lo que has visto es violencia doméstica, puedes llegar a ver normal esa situación.

ESTABA EN UNA RUTINA

Él ya no tenía expectativa de algo más, únicamente esperaba que lo llevarán y lo acostarán en el mismo lugar.

Al igual que ese hombre paralítico muchos también estamos en una rutina de vida.

Ya no se piensa en más, no hay deseos de aprender más, ya no tengo que vestirme más, no es necesario prepararnos más.

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Ya no me desafía la vida porque a diario termino en el mismo lugar.

LA PUERTA HERMOSA.

La puerta es un lugar de acceso, un medio por el cual entrar a otros lugares o espacios.

Ha estado enfrente del acceso por muchos años sin poder entrar.

Jesús dijo: Yo soy la puerta.

Yo soy la puerta; si alguno entra por mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto. (Juan 10:9)

Este hombre estaba esperando recibir de Pedro y Juan lo que todos le daban, pero que lo mantuvo toda su vida en esa situación.

Fue necesario levantarlo y sacarlo de esa condición, le rompieron sus expectativas, lo sacaron de su zona cómoda.

En el Nombre de Jesús recibió la orden de ponerse de pie.

Ese hombre por fin logró atravesar la puerta del templo que por muchos años solo había podido imaginar como era.

Este hombre pasó de ser un paralítico de nacimiento y se convirtió en una señal del poder de Dios.

Arrepentirse y Convertirse

El mensaje central de Pedro fue este:

“Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que vuestros pecados sean borrados, a fin de que tiempos de refrigerio vengan de la presencia del Señor,” (Hch 3:19)

Arrepentirse viene del vocablo griego que significa pensar diferente o después, reconsiderar.

Convertirse viene del griego , que significa volverse, regresar, darse la vuelta.

Tiempos De Restauración

Si nos convertimos y arrepentimos vendrán de la presencia de Dios los tiempos de restauración.

Tiempo de refrigerio significa recuperar el aliento, figurativamente también significa revivir.

Estos tiempos de restauración están manifestándose intensamente para la iglesia; es tiempo de volvernos a Dios y arrepentirnos.


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